Irene R. García (foto) docente hoy de la EP N°6 Rafael Obligado de Lanús este, se enteró un día que padecía cáncer, y paralelamente cayó en la cuenta que prácticamente carecía de obra social, que el sistema en el cual se había formado le daba la espalda y que el sindicalismo para defender casos individuales, casi no existe.
Pero dejemos que ella misma cuente lo que le toca sufrir:
En abril de 2013, me diagnostican dos tumores cancerosos en la mama derecha y me comunican que es necesaria una mastectomía y vaciamiento axilar completo. Después de varios meses de deambular buscando quien quisiera operarme, porque IOMA no abonaba las prestaciones, un cirujano de la clínica Itoiz sí me operó el 10 de julio de 2013, con la autorización de quien era por entonces el director, ya que yo presentaba un cuadro bastante avanzado de la enfermedad.
A fines de agosto, comenzó nuevamente mi odisea porque necesitaba quimioterapia y rayos. En la medicina prepaga no aceptaron afiliarme. Me presenté en la Superintendencia de Salud
y no me atendieron.La asistente social de mi escuela me consiguió asistencia médica, pero todos los análisis los aboné con aranceles particulares, así como la biopsia necesaria para mi operación. Cuando finalicé la aplicación de rayos, el 1° de septiembre de 2014, la junta médica de La Plata me otorgó tareas administrativas, ya que como resultado de mi operación, tengo una discapacidad parcial de mi brazo derecho: Perdí el 60 % de la movilidad del brazo como resultado de mi operación.
Hasta julio de 2015 trabajé como auxiliar de secretaría en la EP N°10 Bartolomé Mitre, de Lanús este.
Cuando me presenté a la junta médica para renovar mi cambio de funciones, llevé mi historia clínica y las notas de mi oncólogo, ignoraron por completo la documentación que presenté. Me faltan cuatro años de tratamiento y mi discapacidad es permanente. Me dijeron que el alta me la daban ellos, y que lo que yo no quería era trabajar, que trabaje en el aula "como Dios me dé a entender" y que si no me gusta, que lea el estatuto y que me jubile.
Una segunda junta médica ratificó el alta, de manera aún más intimidante. Dicen que la única manera de solucionar esto es pedir una junta por psiquiatría, presentando un certificado que avale un trastorno psiquiátrico que no padezco (además de docente, soy licenciada en psicología). ¡Algo que, además es ilegal!
Hoy estoy a un paso de perder mi puesto de trabajo, así como también está a punto de perderlo la persona que me reemplaza, porque, o no me atienden, o me atienden de manera pésima y nadie me puede orientar para solucionar mi problema. Y todo esto debido a que opté por trabajar para distraerme, ya que podía elegir permanecer de licencia durante el resto de mi tratamiento.
Tengo otros dos tumores en la mama izquierda que debo supervisar cada tres meses, y si pierdo mi puesto, también pierdo mi obra social y no podré recibir la medicación que necesito:Tamoxifeno. Estoy indignada y harta de esta situación tan injusta. Ya no sé qué hacer.
Los pormenores del via crucis
Para la operación me pidieron documentación de Ioma, y me habían cobrado un arancel aparte. La biopsia no me la cubrió tampoco (particular me cobraron $4.200 ). Después de la operación, no podía conseguir un oncólogo para aplicarme quimioterapia. La kinesiología no me la cubría IOMA: practiqué en casa con ejercicios que saqué de internet para que no se atrofiaran los músculos del brazo.
Lo conversé con mi familia y me dijeron que me afiliara a una prepaga para no perder más tiempo, pero ninguna me aceptó. Una promotora del Hospital Británico me aconsejó no buscar más y me dio la dirección de la Superintendencia de Salud.
El problema con IOMA es que es una obra social obligatoria; no se puede cambiar. Hay enfermedades que no esperan, y se necesita actuar rápido.
En el porteño Hospital Roffo me daban turno para el 1 de agosto, pero me dijeron que en mi caso, sería demasiado tarde: Fui en mayo del 2013 y mis tumores estaban muy avanzados.
En los hospitales públicos sí atendían, pero había listas de espera, porque recibían a muchos pacientes que tenían problemas con sus obras sociales.
Yo no estaba afiliada a ningún sindicato, pero el médico me lo consiguió. La asistente social de mi escuela por medio de una amiga suya en la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB). Yo me afilié el año pasado a FEB pero cuando tuve este inconveniente, mucha atención no me prestaron.
Les pedí conversar con el abogado del gremio, pero me dijeron que no, que ellos eran quienes les transmitían el caso. En la sede yo redacté en una computadora del gremio una carta para el doctor Galo, quien es el Director de Salud Laboral de la Dirección de Escuelas, redactando lo ocurrido con las dos juntas médicas del Ministerio de Educación bonaerense.
(No solamente por el mal trato; tumores de cáncer malignos en tratamiento están encuadrados en el listado de patologías crónicas. Yo pude haber optado por el artículo 114 A a 2 8, y me quedaba en casa los cinco años que duraba el tratamiento, y me ahorraba todo esto).
Fui varias veces a FEB y me dijeron que no habían respondido.Yo solicité una nueva junta médica, la tercera, y mi médico me aconsejó que no vaya sola, que me acompañe un abogado. El gremio me dijo que el abogado no me iba a acompañar, que no serviría de nada, porque los únicos que ingresan son los docentes (los acompañantes quedan en la vereda, pues Seguridad no los deja entrar). Tuve que contratar un abogado particular, quien me pidió una copia de la carta.Yo se las pedí, pero no me la dieron nunca.y no sé si la enviaron o no. A la tercera junta no asistí, porque el abogado que contraté tampoco me acompañaría y además, no fue de mucha ayuda tampoco.
Yo tengo los certificados de mi oncólogo, el doctor Eduardo Diez, que presenté en La Plata y los médicos los ignoraron y tampoco me quisieron revisar. Todo lo que yo expongo lo puedo probar. Además, mi mastectomía se comprueba no sólo con revisión médica: las biopsias que me practicaron en CERIM, placas, mamografías y ecografías con sus informes, todo lo puedo presentar. Yo no puedo inventar un cáncer ni una discapacidad, como los médicos me respondieron.
Pero parece que con la verdad no soluciono nada.
Yo intenté enviar e-mails a La Plata, pero deben tener la casilla llena porque vienen rebotados y no consigo hablar por teléfono para pedir un turno y exponer mi problema.
Yo podría salir del paso con una licencia médica expedida por mi oncólogo, pero el doctor Diez está de vacaciones y regresa en marzo.