El robo de la nafta de los patrulleros, debe ser uno de los delitos más abyectos que se pueden cometer desde el poder, porque significa restarle seguridad al ciudadano de a pie.
Se publicaron denuncias al respecto desde este medio durante el gobierno municipal de Darío Diaz Perez -nunca por él desmentidas- y ahora, durante la gestión de Nestor Grindetti, de acuerdo al testimonio de fuentes calificadas, se sigue cometiendo el mismo despreciable delito. Veamos lo que relatan las fuentes:
El municipio le entrega al comisario Roque Lisano, jefe del Comando de Patrullas Comunitarias de Lanús, 35 litros de combustible diarios para cada uno de los móviles que patrullan las 40 cuadrículas. A estos se suman los 20 litros que por vehículo a esa patrulla, le entrega el Ministerio de Seguridad bonaerense. En este último caso la carga se hace mediante una tarjeta de débito que es administrado por el CPC. Es este el combustible que según las fuentes “desaparece”, y suma nada menos que 300 mil pesos mensuales. Esta cifra surge de multiplicar los 20 litros diarios a 14 pesos, por 40 cuadrículas por un mes de 30 días. Dicen que lo denunciado es fácilmente comprobable, “ya que los patrulleros tienen un determinado consumo de combustible cada cien kilómetros. Si se hacen los cálculos correspondientes se verá que los números no concuerdan”.
El control operativo de este manejo, debería efectuarlo el secretario de Seguridad Diego Kravetz o su segundo, el comisario Daniel Villordo, y el hecho de que desaparezca combustible delante de sus narices adquiere particular gravedad porque el mismo Kravetz le aseguró a La Defensa que posee un sistema de monitoreo de última generación para controlar los movimientos de cada patrullero y los kilómetros que recorren..