Lo increible es que el grupo electrógeno del hospital no tenía combustible, entonces todo el edificio quedó a oscuras, excepto el quirófano y algún otro sector que cuentan con generadores independientes.
Es la segunda vez que sucede lo mismo en un lapso de pocos meses. En la oportunidad anterior el generador se había descompuesto, y los técnicos tuvieron que trabajar varias horas para localizar el desperfecto.
La radio-pasillo del Evita no tiene dudas: dice que se trata de sendos sabotajes.