La entrada al Concejo Deliberante de Lanús, para presenciar la asunción de Nestor Grindetti esta tarde, estaba estrictamente reservada para quienes estuvieran acreditados: Funcionarios, familiares y allegados, y estos eran provistos de una pulserita. Por ejemplo, a La Defensa no llegó ninguna de estas acreditaciones. Y ni al director de Defensa Civil, Rodrigo Patiño, dejaron entrar.
Pero en la puerta el “aguante” a bombo limpio, lo hacían “los Fieles de Grindetti”, entre los que se pudieron observar conocidos barrabravas. Estos delincuentes le robaban lo que podían a quien se ponía a su alcance y protagonizaron por lo menos dos batallas campales.
Los periodistas se retiraron molestos -entre ellos Beto Marangelio, Ruben Arcolía, Marta Santos- porque los mandaron a la barra y sólo desde allí les permitían tomar fotos. Y entre los ausentes figuraba el mismísimo intendente saliente, Darío Diaz Perez.
Prácticamente no había policías ni por los alrededores, donde los vecinos estaban literalmente atrincherados en sus casas.