lunes, 16 de noviembre de 2015

No es lo mismo uno que otro

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com  


Hay que mirar y analizar bien las cosas. Esto ayudará a interpretarlas como corresponde. En política es imposible comprender la realidad si uno se deja llevar por su propia pasión. Si permitimos que un sentimiento vehemente domine nuestra voluntad y nos perturbe la razón, seguramente vamos a equivocarnos. Por supuesto que es imposible no sentir bronca frente a  resultados electorales adversos. Para los kirchneristas haber perdido la provincia de Buenos Aires y dentro de ella a distritos tradicionalmente peronistas como Lanús y Quilmes es un verdadero cachetazo. Pero esto ya pasó  y  es irreversible. Ahora no sirve  llorar sobre la leche derramada, andar  buscando culpables y procurar dar respuestas apresuradas que, muy probablemente, confundan y alteren los ánimos negativamente.
Entramos en tiempo de descuento para resolver, nada menos, sobre quien gobernará a la Argentina. Estos días, hasta el 22 de noviembre, debemos
aprovecharlos para lograr que el Frente para la Victoria, representado por Daniel Osvaldo Scioli, triunfe en las próximas elecciones. Luego habrá tiempo para las discusiones internas que tendrán que darse para trazar rumbos políticos.
Después de los comicios, en el amplio espacio que denominamos el campo popular, tendremos que promover un debate profundo para encarar los próximos años de nuestra historia. El mundo de hoy, convulsionado, injusto, de avances científicos y técnicos impresionantes, pero en franca decadencia en muchísimos aspectos, debe ser profundamente estudiado y cabalmente interpretado para poder, desde cada país, aportar soluciones a cientos, miles, de problemas extraordinariamente difíciles. El mundo capitalista se halla inmerso en una crisis fenomenal que las potencias dominantes profundizan con el imperialismo yanqui a la cabeza. Para saciar su sed de conquista y sometimiento vemos como esas potencias atacan a diferentes países sembrando horror y regando con sangre distintos puntos del planeta. Veamos la siguiente noticia (una de tantas) que transcribimos textualmente para comprobar que, como dice el refrán, para muestra no hace falta más que un botón         
“Francia financió la guerra en Siria
(BBC Mundo)
Las fuerzas aéreas francesas comenzaron a atacar varias zonas del país árabe y según el reporte de medios locales entre los fallecidos se encontraron los “cachorros del califato” llamados así por la autodenominada organización el Estado Islámico ( EL) a los niños que recluta en sus filas.
Los primeros ataques fueron lanzados en el pueblo de Al Yala (este) de la ciudad de Deir al Zur, donde los radicales tienen un campo de entrenamiento. El mandatario francés, Francois Hollande, justifica los bombardeos con el argumento de que el EI es una amenaza directa a la seguridad nacional. 
"Nuestras fuerzas consiguieron sus objetivos: el campo fue destruido en su totalidad", señaló Hollande, antes de especificar que utilizaron seis aviones de combate, cinco de ellos cazas Rafale, de fabricación gala.
Aunque Hollande aseguró que los bombardeos no impactaron a la población civil, activistas de derechos humanos dijeron que entre los heridos hay miles de personas, y que un 27 por ciento de los niños sufrió las consecuencias del ataque.”  Los bombardeos golpean con mayor crueldad a niños y mujeres. De cada cien muertos que deja tras de sí un ataque, 27 son menores.”
Muchos de quienes hoy ponen el grito en el cielo por los recientes atentados ocurridos en Francia (también repudiables por cierto) habitualmente callan frente a las miles de atrocidades cometidas contra los pueblos masacrados por los países imperialistas. ¿Valen más los muertos franceses que los muertos sirios, palestinos o de Afganistán? Todos los actos de terrorismo y todas las acciones de guerra que causen muertes y dolor deben ser condenados por igual.  Es también esta situación de locura a nivel mundial la que se debe tener en cuenta a la hora de votar. Nuestro próximo gobierno, además de preservar las conquistas logradas con el kirchnerismo, debe garantizar una política exterior por la paz mundial, por la integración Latinoamericana y del Caribe en nuestro continente y por la soberanía nacional contra las presiones económicas, de las altas finanzas y de los usureros internacionales.
Daniel Osvaldo Scioli está en condiciones de ser el mejor reaseguro en este momento histórico de la Argentina y del mundo porque no va a ser un presidente que las grandes corporaciones podrán manejar a su antojo. Es el candidato de un Movimiento Nacional que históricamente ha demostrado saber plantarse frente a los poderosos locales y extranjeros. Para comprobarlo sólo hay que recorrer algunos momentos de nuestro pasado inmediato.
   (*) De Iniciativa Socialista