lunes, 2 de noviembre de 2015

Las decisiones del pueblo son sagradas

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

Las decisiones democráticas que toma el pueblo son sagradas. Hay que aceptarlas, respetarlas y acatarlas. En los comicios realizados el 25 de octubre, por poca diferencia, a nivel nacional, se impuso el Frente para la Victoria sobre la alianza Cambiemos. En la provincia de Buenos Aires y en nuestra ciudad también ganó la fórmula presidencial integrada por Scioli-Zannini. En la Tercera Sección Electoral, donde Darío Diaz Pérez encabezó la lista de senadores provinciales también se impuso el FpV por amplio margen. Pero nuestros candidatos a la gobernación de la provincia (Anibal Fernández –Sabatella)  y a la intendencia de Lanús (Julián Álvarez)  fueron derrotados. Haber sido vencidos en estos distritos, particularmente en Lanús, nos
resulta especialmente doloroso porque, históricamente, ambos distritos han sido bastiones del peronismo. En Lanús el peronismo perdió el invicto pues, desde el año 1948 en que resultó electo Bernardo Gago, hasta la actualidad, siempre que hubo elecciones libres, sin proscripciones, se impusieron los candidatos peronistas: Bernardo Gago, Adrián Gayol, Rodriguez Flores, en varias ocasiones Manuel Quindimil y Díaz Pérez en dos oportunidades consecutivas.
No esperábamos esta derrota, pero elecciones son elecciones y esto nos exige prepararnos para los próximos turnos. Nuestros candidatos, a quienes apoyamos convencidos de su calidad y preparación, hicieron todo lo posible por alcanzar el triunfo. El resultado fue adverso pero quienes para nosotros fueron buenos antes de las elecciones lo siguen siendo ahora. De manera que no admitimos internismos ni “pases de factura” que sólo causan perjuicios a las organizaciones políticas y alientan divisiones. No es destilando veneno como se fortalece y perfecciona a nuestra fuerza cuyas responsabilidades frente al país y al mundo son enormes. Un Movimiento como es el peronismo kirchnerista, lejos de amilanarse,  después de una  derrota parcial como la que ha sufrido debe  tomar impulso para triunfar en las luchas que se aproximan. Es lo que hemos hecho siempre frente a la adversidad. Seguramente cometimos errores. Indudablemente, nuestros adversarios hicieron mejor algunas cosas. Pero esto no es el fin de nuestra historia ni mucho menos. Se equivocan quienes sueñan con un golpe mortal al peronismo. Están confundidos quienes en su afán de revancha pretenden hacer creer que un contratiempo electoral en algunos distritos de la Argentina convirtió a Cristina Fernández en la gran derrotada. La presidenta no perdió. Concluye su mandato y se retira invicta dejando un país infinitamente mejor que el que recibió el peronismo en el año 2003.
Ahora, para el peronismo kirchnerista y sus aliados comienza una etapa de reflexión, de construcción política y de militancia activa en que la búsqueda de la unidad del campo popular es un tema central. Así lo interpretaron y comenzaron a poner en práctica expresiones políticas como el Partido Comunista, los socialistas para la victoria, el Partido Solidario, los radicales de MNA- FORJA e infinidad de agrupaciones y organizaciones sociales a través de movilizaciones y declaraciones públicas que, sin lugar a dudas, apuntan a transitar caminos hacia el Frente Nacional cuya formación es imprescindible para oponer a cualquier forma de neoliberalismo visible o  solapada.
Dos palabras respecto a un par de temas. En un reciente discurso la presidenta de la Nación se plantó como jefa indiscutida del Movimiento Peronista kirchnerista; reivindicó lo realizado, propuso amplitud, unidad y afirmó que deja su cargo pero permanecerá junto al pueblo. Criticó la actitud mezquina de quienes cuestionaron a organizaciones como La Cámpora y “ahora tienen  a una piba de 36 años” –María Eugenia Vidal- “gobernándole la Provincia de Buenos Aires”. Todo bien, pero creemos conveniente agregar algunas cosas: es necesario lograr unidad, solidaridad, organización y efectividad electoral. Coincidimos en que organizaciones como La Cámpora son muy positivas y un reaseguro para el Movimiento. Pero a la vez señalamos fraternalmente  que es indispensable comprender que la historia no comienza cuando uno llega. Ninguna parcialidad es más importante que los intereses del conjunto y es bueno analizar por qué, apreciadas y valiosas figuras de nuestro espacio como Recalde y Kicillof perdieron por paliza en la Capital y Julián Álvarez no pudo imponerse en Lanús.  
Para los momentos que se avecinan hay que hacer esfuerzos mayúsculos por la unidad de la CGT sumando a la CTA  de Hugo Yasky. El movimiento obrero es pieza fundamental en cualquier proyecto nacional y popular. Y por último, habría que pedirle a alguien que le haga notar a Sergio Massa, del Frente Renovador, que salió tercero lejos en las elecciones, que nada de lo que predijo ocurrió y que ahora, hasta el 22 de noviembre, tiene menos peso que una pluma.  Hay más…la seguiremos…
   (*) De Iniciativa Socialista