por Alejandro Chitrángulo
En la última campaña electoral la visión verde se ha transformado en un marco de debate políticamente correcto.Candidatos de todas las vertientes de opinión utilizaron en sus discursos ideas, programas y proyectos, propios o tomados de reconocidos ambientalistas, con la finalidad de expresar una opinión sobre un tema que lentamente se va convirtiendo en primordial para la ciudadanía.
Si bien el debate entre los dos modelos del pais fue muy corto y estricto en los tiempos no permitiendo que los candidatos tocaran el tema ambiental, es muy claro que las decisiones que tome el próximo gobierno sobre este tema nos afectará para bien o para mal a todos los argentinos y las próximas generaciones.
Para el próximo gobierno la cuestión ambiental deberá ser algo más que una consigna de campaña. Los bosques, la minería, la matriz de generación energética, el uso de
agroquímicos, el crecimiento industrial sin contaminación, la basura, el agua.
Se trata de una agenda enorme, que requiere una jerarquización institucional superior a lo que hoy es la Secretaría de Ambiente para que el tema se incorpore a la estrategia política a la par de otros ministerios, con voz, poder y voto.
Política nacional ambiental
Argentina es uno de los países más ricos en recursos naturales del mundo; con una gran biodiversidad, importantísimos recursos hidricos que no están siendo cuidados debidamente. La participación ciudadana en su preservación para las futuras generaciones, obliga a incorporar una política ambiental al plan de desarrollo del país que se encuentre por encima de los vaivenes políticos o cambios ideológicos. El Ministerio de Ambiente se deberá encargar de monitorear y recabar información necesaria para tomar decisiones de políticas y uso de recursos.
El Ministerio del Ambiente debe poner énfasis en la fiscalización y sanción de los que infrinjan las leyes ambientales. Por eso
sería muy importante que
se priorice la prevención de los delitos ambientales, pues de qué sirve que se sancione a los infractores, cuando ya se ha atentando con el medio ambiente, dejando en la mayoría de los casos territorios inservibles. Esa prevención de ser llevada a cabo por una policía ecológica nacional con una justicia especializada en estos temas, con una estructura de la jerarquía de un ministerio.
El Ministerio del Ambiente debe ser el rector de la gestión del ambiente y de los recursos naturales renovables, encargado de orientar y regular el ordenamiento ambiental del territorio y de definir las políticas y regulaciones a las que se sujetarán la recuperación, conservación, protección, ordenamiento, manejo, uso y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales renovables y del ambiente de la nación, a fin de asegurar el desarrollo sostenible, sin perjuicio de las funciones asignadas a otros sectores.
En América Latina hay muchos países como Ecuador, Venezuela, Perú o Brasil que cuentan con un ministerio del ambiente. Esta es una propuesta que humildemente desde esta columna le hacemos al próximo gobierno.