por Alejandro Chitrangulo
No suelo escribir en esta columna notas sobre politica, pero en este caso me voy a referir a un problema que afecta tanto ciudadanos comunes como politicos en campaña.l estrés es una respuesta automática y natural del cuerpo, es una adptacion al medio, ante una amenaza del entorno. El
problema aparece cuando esa situación se alarga en el tiempo y pasa a ser algo insostenible al igual que perjudicial para la salud física y mental. El estrés causado por el tema político y electoral es una situación que se agrava con el pasar del tiempo.
Según los expertos en psicología el estrés ya se conoce como la enfermedad del siglo XXI. Sin embargo, el estrés político no está dentro de la categoría de trastornos, pero sí como el detonante para las personas propensas a depresión o crisis emocional. La insertidumbre de no saber que proyecto de país va a triunfar, si el populista o el neoliberal, si se mantendra el proteccionismo o se abrirán los mercados, si se libera el dólar, si se detiene el consumo, la preocupación por la seguridad, alimentos, vivienda y la economía en general, son escenarios que empeoran el estado psicológico del ciudadano.
El miedo a los cambios
Somos esclavos de nuestra propia prisa. El problema no radica en el estrés, sino con qué frecuencia lo experimentan las personas, y qué habilidades se desarrollan para enfrentarlo. La incertidumbre política definitivamente ha conllevado a que el estrés se desarrolle en muchas personas. Las tensiones de las interminables campañas políticas generan un clima estresante en la personas que se identifican con las distintas ideologías políticas.
Este estado de tensión continua genera un alto costo, por ejemplo, aumenta el ausentismo laboral, disminuye del rendimiento físico y psicológico, afecta la calidad del trabajo, se produce improductividad y un clima organizacional negativo. Sobre todo el las áreas laborales que se ven directamente afectadas por los cambios políticos, como municipios, ministerios,
gobernación, etc.
La política puede hacer envejecer entre 9 y 15 años
Todo lo que hacemos genera estrés: levantarnos de prisa para ir al trabajo, preparar el desayuno, conducir un auto. Somos esclavos de nuestras responsabilidades. Según estudios realizados en la Universidad de Harvard, una de las actividades en las que el ser humano experimenta mayores niveles de estrés es la política. Le pasa, sobre todo, a quienes tienen cargos ejecutivos. También influye lo que de se deriva de la actividad: marchas, caravanas, concentraciones y propaganda en los medios. Todo esto genera estrés en los políticos y, también, en la población.
Para los políticos, la actividad es un proyecto siempre inconcluso. Muchas veces, en lugar de reconocer cuánto han logrado cada día, se concentran en todo lo que falta por hacer. Nunca sienten que se ha hecho lo suficiente, y se enfrentan a un flujo de responsabilidades continuas. Los políticos duermen pocas horas, se levantan temprano, evitan divertirse y hacen esperar a sus seres queridos.
El equipo del doctor Adrián Jaime, especialista en LifeStyle Medicine (Universidad de Harvard). Presidente de la Academia Iberoamericana de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad y director del Lifestyle Clinic Medicina Orthomolecular, está observando que el estrés podría producirle a los políticos un envejecimiento celular (estrés oxidativo) con rangos de 9 a 15 años por encima de lo estándar.