Un grupo de jóvenes fue asaltado y agredido por una patota de el sábado pasado cuando bajaron de un colectivo en la esquina de Yrigoyen y Lugones, en Remedios de Escalada. Sebastian Gabriel Pardo llevó la peor parte: recibió varios cortes en el rostro y quedó literalmente con el párpado del ojo derecho "colgando" y un el raspón de un cuchillazo que de milagro no penetró el abdomen.
Los amigos lo llevaron corriendo a la unidad Máspero, pero estaba cerrada, sin guardia, y la desesperación de Pardo quedó registrada en el picaporte empapado con su sangre (foto).
-Fuimos entonces a la comisaría 4ª -relata Emanuel Cedero- a la vuelta de la sala, pero allí ni nos permitieron llamar a una ambulancia. De Lanús ubicada a pocos metros."Pidan un remis", nos dijeron, pero gracias a nuestra insistencia logramos que llevaran a Pablo en la caja de una camioneta policial a la Clínica Estrada-. Allí lo atendieron tan mal que le tuvieron que rehacer la sutura en el porteño Hospital del Quemado.
-Yo vivo en Escalada desde que nací -retoma el relato Cedero- y mis padres me llevaban al pediatra de la Maspero a cualquier hora. Nosotros transitamos las calles de nuestro barrio sin imaginar jamás una salvajada como la que nos tocó vivir.