lunes, 19 de octubre de 2015

Hay peronismo para rato….

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.co

La proximidad de las elecciones generales, el 17 de octubre, fecha que recordamos como Día de la Lealtad, y hasta la inauguración de un monumento a Perón por parte del partido político que representa Mauricio Macri, por cierto bastante alejado de las ideas peronistas, ha consolidado en estos días, con muchísima fuerza, al Peronismo en el centro de la escena nacional. El Peronismo,  en sus diferentes variantes, después de setenta años de existencia,  más allá de lo que pueda discutirse en las cúpulas de los partidos políticos o de lo que esté en boca de la vocinglería mediática, mantiene una vigencia y un vigor indiscutibles. Así que, a pesar de las afirmaciones malintencionadas de algunos sirvientes de los monopolios de las comunicaciones y de ciertas voces locales absolutamente intrascendentes que vaticinan su hundimiento definitivo, todo indica que en la República Argentina habrá peronismo para rato. El tiempo dirá quien analizó y comentó con mayor
acierto este momento histórico de 2015 y por lo tanto es bueno archivar todas las opiniones que hoy se vuelcan en los diferentes medios, particularmente en la prensa escrita de las grandes publicaciones sin descuidar las de aquí, las del pago chico. 
Falta muy poco para que los argentinos decidamos que gobierno queremos para nuestro futuro inmediato. Hasta el próximo domingo 25 de octubre podemos imaginar muchas cosas pero no garantizar ningún resultado. Hay que esperar con paciencia que se abran las urnas y se cuenten los votos en paz, con la tranquilidad que merece nuestro pueblo, sin histerias previas ni posteriores a los comicios. Por supuesto quienes somos parte del  proyecto nacional y popular iniciado en 2003 y adherimos en forma total e incondicional al kirchnerismo, militamos y trabajamos duramente por el triunfo de todos los candidatos del Frente para la Victoria; desde nuestra lista municipal que encabeza Julián Álvarez  hasta la máxima candidatura que representa Daniel Osvaldo Scioli.
Claro que llevamos adelante nuestra militancia y nuestro trabajo con total respeto hacia todas las personas y fuerzas políticas que compiten en este momento electoral. En otros tiempos, tal vez menos propicios para controlar nuestras pasiones, hemos utilizado un lenguaje mucho más duro y no escatimamos adjetivos calificativos en nuestros apoyos a los propios y en nuestras críticas  hacia los adversarios. De eso nos hacemos cargo. Pero no todo permanece siempre igual y el paso del tiempo contribuye a serenar los ánimos sin que por ello bajemos banderas ni resignemos principios. Cuando por fortuna tuvimos la oportunidad, durante años, de recorrer el país de norte a sur y de este a oeste, aprendimos de nuestros paisanos que “cuando se acorta la vista recién se aprende a mirar”.
Sabemos muy bien distinguir entre adversarios y enemigos. A los primeros, con quienes disputamos en el marco de la democracia,  habremos de discutirles palmo a palmo en el territorio de las ideas pero, aún en la discrepancia, con la plena convicción  de que todos, en algún punto, deberemos coincidir para contribuir al destino de grandeza de la Patria. A los enemigos, a quienes reivindiquen a las dictaduras y atenten contra la paz y el bienestar de nuestro pueblo, como  dijo Perón: ni justicia.
Por nuestra parte, pasadas las elecciones, los peronistas tenemos la obligación de esforzarnos por la solidez del proyecto nacional y fundamentalmente de luchar por la unidad del Peronismo, por fortalecer al Partido Justicialista y por convocar a todas y todos las compañeras y compañeros que hoy andan dispersos por las idas y vueltas de la política menuda. No hay que olvidar que nuestro Movimiento tiene una historia incomparable en la argentina y no existe en el mundo una fuerza política con las particularidades del peronismo. Nuestra historia es admirable y nuestra potencialidad es inmensa. Nosotros tenemos la obligación de mantener e impulsar semejante capital.
Entre los peronistas de Lanús, sea cual fuere su encuadramiento partidario actual, no han de ser tan profundas las diferencias como para que impidan arreglar nuestras cosas en el lugar fraternal de la unidad. El sentido común, con toda seguridad, aconseja cuidar y hacer crecer a la más grande y eficiente organización política de la Argentina. Y nuestro compromiso, en esta tarea, es total.
  (*) De Iniciativa Socialista