por Lisandro Martínez*
Se cumplieron 40 años de un ciclo marcado por la impotencia de la burguesía nacional frente a los monopolios. La receta patronal periódicamente concluyó descargando un plan de aprietes contra las condiciones de vida de quienes viven de su trabajo, reduciendo los salarios y favoreciendo con la devaluación del peso la fuga de capitales y la entrega de riquezas naturales. 
En 2015 estamos ante otro fracaso burgués, esta vez enmascarado de “nac&pop” y no por eso menos perverso. Con Isabelita soportamos “el Rodrigazo”. Con los genocidas, la crisis de la deuda, la quiebra de los bancos y la multiplicación de la deuda. Con Alfonsín la hiperinflación. Con Menem el desastre privatizador y el vaciamiento del país. Con De La Rúa/Cavallo la quiebra del país.
El debate del 4 de este mes mostró un enorme operativo de ocultamiento al pueblo argentino
del verdadero plan económico que preparan para después de octubre. Quienes gobiernan desde siempre se niegan a hablar de la crisis económica nacional y mundial porque quienes manejan a los cuatro candidatos tienen como salida a la crisis un plan de guerra contra el pueblo, que ni Macri, Rodríguez Saa, Stolbizer ni Massa pueden sincerar ante cámaras.
Del Caño con preguntas básicas descolocó a Rodríguez Saa, quien no pudo responder sobre el trabajo en negro y los despidos en San Luis. Massa quedó expuesto en su persecuta con el presentismo docente cuando él cobra su dieta de diputado sin trabajar. Tampoco supo que decir frente a su desatino de ocupar militarmente las villas, facilitando que el generalato ingrese al narcotráfico como en Bolivia, Brasil y México. Stolbizer quedó en pelotas cuando tuvo que responder por qué el Progresismo va en 9 provincias aliado con Macri o Massa y en Jujuy tiene varias colectoras como hiciera el fraudulento Alperovich. Macri quedó sin respuesta frente a la denuncia de su política ante la docencia en la CABA.
Scioli presente hubiera tenido que explicar por qué ABSA distribuye en 40 localidades agua con Arsénico y responder además por qué no paga desde hace meses a los docentes suplentes y ha congelado desde enero 2014 el presupuesto para el Servicio Alimentario Escolar, destinando en plena inflación $6,30 por niño para comer y $2,60 para merendar. En cambio Scioli aprobó que la patria contratista pueda aumentar sus costos en un 60% desde enero 2014.
Las denuncias del FIT desmoronan a los mascarones de proa y pinchan el globo nacionalista burgués.
El economista peronista Orlando Ferreres -un devaluador de primera hora- señaló: “Brasil impone el piso del ajuste que deberá hacer la Argentina” (www.urgente24.com 3/10/2015) y puso de relieve el acierto del Frente de Izquierda que siete meses atrás adelantó que el debate político de la campaña electoral 2015 estaba regido por el ajuste, la devaluación y su correlato de congelamiento salarial.
El PO, dentro del FIT, señaló que las fuerzas políticas que representaban al statu quo criollo e internacional que gobernaron los últimos 22 años de “democracia” son la continuidad económica de los genocidas y que cada una de las salidas elaboradas por estos “demócratas” sesgaron el progreso económico de los “descamisados”, provocando adrede que “los ganapanes” pagaran con inmensos sacrificios cada una de sus agachadas frente a los usureros internacionales.
Hoy, los representantes de los buitres, el FMI, el BID y el Banco Mundial, del clero, los impulsores de la hiperinflación alfonsiniana, asesores menemistas de las privatizaciones y de las devaluaciones históricas y los cavallistas de primera hora, están presentes en los equipos económicos de Scioli (Miguel A. Bein, Mario Blejer), de Massa (Roberto Lavagna, Guillermo Nielsen), de Macri (Miguel Kiguel, Pablo Guidoti, Miguel Broda) y de Stolbizer (Ángel Sciara, Bernardo Kosakoff, José Luis Maia, Javier González Fraga).
Ferreres plantea: “Estamos arrodillados frente a China y nos pide lo que quiere. Antes lo hacía el FMI. Es una gran humillación y podríamos evitarlo. El Banco Central no tiene más dólares, le faltan u$s66.000 millones. Brasil devaluó este año un 63% más que la inflación (8%) y la Argentina con una inflación del 28% devaluó sólo un 12%”. Y señala “De la Rúa no se animó a devaluar y fue gradual, pero ya no podía hacer nada y terminó con su propio gobierno”.
Pero para poner más dramatismo a la situación, los economistas de Scioli, Massa y Macri fueron el 8/10 a la Asamblea del FMI a buscar créditos. Blejer y Urtubey, dos pescados de la reserva de Scioli, dijeron lo que reclaman oír los usureros: “Vamos a pagarle a los buitres”. Los créditos marchan con el 40% de devaluación, el ajuste a los empleados públicos que ganan entre $3000 y $6000 y con el congelamiento de salarios que ya se acordó con la burocracia. Mientras, como saldo ruinoso y de quiebra de La Cámpora y de CFK, el déficit fiscal para 2015 podría llegar a los u$s38.000 millones.
La clave del FIT es concentrar la atención de los trabajadores en la devaluación y cuál es nuestra respuesta: nacionalización de los bancos bajo control obrero; apertura de las cuentas empresarias; repudio al endeudamiento K en u$s y $; prohibición de despidos y suspensiones. Reparto de horas de trabajo sin tocar el salario. Aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales.
El debate de candidatos del 4OCT ha trastocado la campaña electoral, porque quebró momentáneamente la política de ocultamiento mediático que se ejerce sobre el FIT. Esto plantea la posibilidad de una votación excepcional el 25 de octubre, desmintiendo proyecciones negativas para la izquierda que divulgan encuestadoras empleadas de los ajustadores. El debate ha dejado en evidencia que el FIT encarna en forma explícita las reivindicaciones de los trabajadores y por lo tanto de las mayorías nacionales.
La olla podrida de la política argentina sólo se supera en este período mediante el voto a las boletas del FIT, contra los candidatos del ajuste y la corrupción, para consagrar diputados y concejales que defiendan la agenda popular. 10/10/2015
(*) Candidato a 1er diputado por la 4ª sección electoral
