Por estas horas los vecinos de Villa Obrera se plantean la conveniencia o no de realizar una marcha a la Comisaría 2ª porque a raíz del asesinato de Mauro Olguín (foto) surge que la gente de bien vive atrincherada en sus casa pues sostiene que el barrio es “zona liberada”.
-¿Pero para qué vamos a ir a la seccional si hoy hablé con el comisario y le ví miedo en los ojos- declaraba un vecino al móvil de Crónica.
Y a propósito de ese medio, la cronista efectuó una denuncia alarmante: A dos cuadras a la redonda el lugar estaba cerrado por patrulleros para que no pase la prensa. “¿Por qué no ponen los patrulleros para impedir que nos maten?”, decía una vecina. Mientras, otra despotricaba contra “este intendente que no se lo ve por ninguna parte, pero que nos cobra impuestos por la seguridad”.
Ahora se supo que el asaltante no tuvo resistencia de parte de Olguín, pero sucede que cuando se llevaba la moto, ésta se paró, y el criminal, ofendido, le pegó un balazo al pobre muchacho.
Olguín vivía con su familia en S. de Montevideo y Chascomús, con Silvia su mamá, una joven viuda, y sus abuelos de 82 años, que tuvieron que ser asistidos por Emersur, ante la muerte de su nieto.