Que alguien le avise a Julián Alvarez que todavía no es intendente. Que alguien le avise a Nestor Grindetti que perdió. A Nicolás Russo que no le avisen nada: la realidad lo golpeó tan fuerte que “el día después” no se pudo levantar de la cama.
Este último caso es para los anales de la historia política de Lanús. Russo venía de una exitosa carrera como dirigente clubista. En Lanús fue presidente en un padrón de diez mil afiliados. Ayer enfrentó un padrón de 400 mil votantes potenciales. Y hablando del grana: en la mesa de extranjeros del club, el FV cosechó 95 votos, el Pro 55 y el FR 51.
Hasta hace un tiempito, Russo era un desconocido para el mundo político de Lanús, y él desconocía ese mundo.
Hasta tal punto “se la creyó” el bueno de Nicola, que tenía preparado su centro con pantalla
gigante y todo para los festejos del domingo...
Pero si bien Russo arribó a la política sabiendo poco y nada de este submundo, cometió otro error más importante que el de la soberbia: se rodeó de gente que de este tema sabe menos que él, como su “jefe de campaña” Hugo Lico, quien en el plenario de vísperas, mostró encuestas que lo daban ganador a Russo, por el 45%! O su primer candidato a concejal, José Ferretti, que mañana parte de su domicilio en Puerto Madero a centroamérica, para “despejarse”. O su mentor político, el edil Sebastián Beroldo que ayer hablaba de “consolidar lo obtenido” (¿?). Y aquí hay que recordar que Russo perdió en el camino al concejal Salvador Baratta -y sólo dios sabe a cuantos más- quien le cuestionó el acuerdo por el cual José Luis Pallares se lo fagocitó al ex presidente del club Lanús.
Bueno, a Russo no hace falta avisarle nada:Seguro que bajará del pedestal y tal vez logre hacer lo mismo con las dos primeras damas de su séquito.
¿Líder o patrón de estancia?
Lo que no queda claro es si la actitud triunfalista pos eleccionaria de Grindetti es una pose ganadora en vista a octubre, o si se cree que ganó. Hay que avisarle que perdió, y que tiene que revisar también su círculo áulico, que sabe poco de política y menos de la realidad de Lanús. A Grindetti le sobraron fiscales, pero los que mandó a las escuelas, al lado de los que tiene el peronismo de Lanús, eran pollitos mojados. Y a Grindetti hay que avisarle que se cuide el bolsillo de políticos fracasados devenidos en “comunicadores”: “¡La que le están sacando a Néstor!” le dijo a La Defensa alguien que lo quiere a Grindetti. La buena y valiosa persona que es Grindetti debería tratar de convertirse más en líder político y menos en patrón de estancia: Por ejemplo, puso a una ignota “periodistra” como senadora provincial.
Otra cosa: Grindetti no tenía una cartera propia de votos, como no la tiene ni la tuvo ningún candidato local. En Lanús los candidatos a intendentes están enganchados al destino de su candidato a presidente. Ni Manuel Quindimil escapó a ese sino, porque al radical Lindolfo Gargiulo en 1983 le ganó en el correo y no en las urnas.
¿Quien lo conoce a Alvarez?
Esto último vale para Julián Alvarez: Si se cree que él puede ganarles a Russo o a Grindetti la intendencia en un mano a mano, está loco. Si cree que Lanús lo conoce, está equivocado: la gente entró al cuarto oscuro y metió la “boleta chorizo” de Scioli y punto, pues por el contrario si la gente conociera lo que estuvo haciendo este tiempo Alvarez, manipulando la justicia de la república a su antojo, tal vez no lo hubiera votado... con decir que transformó al Colegio de Abogados de Lanús en su comando electoral. Y esta es otra historia.