Bonfiglio y Alvarez |
Buscan que Dario se dedique a la campaña de candidato a senador y los manejos del ejecutivo queden en manos de Alvarez, vía Bonfiglio. Al parecer, los camporistas no confían ni en el intendente, ni en su esposa Karina Nazabal, para la fiscalización de los comicios y temen la venganza contra el candidato de la unidad. El análisis de los allegados a Julian es que el matrimonio gobernante piensa que cuanto peor hagan las cosas desde la comuna, serán menos votos para Alvarez, mientras que Diaz Perez, en primer lugar de la lista seccional, tiene su ingreso asegurado en la cámara alta bonaerense.
Hoy por hoy la municipalidad es un desastre. Casi nadie trabaja, y los de La Cámpora creen que se va a profundizar la anarquía. Dicen que la desaparición de computadoras, los
incendios intencionales de archivos, la desaparición de equipamiento de trabajo, van a estar a la orden del día. Y que el plan dariista se basa en debilitar las funciones de servicio en el municipio como sacar barrenderos de la calle, camiones desobstructores que no funcionan, no terminar las obras, no pagar a proveedores, fallas en el funcionamiento de seguridad, que empiecen a hacer compras directas por decreto, robo de insumos, combustible, repuestos, gomas etcétera. Creen que se va a buscar el vaciamiento total y la desarticulación de servicios, y entienden que la solución es que Bonfiglio, ayer el más leal a Darío y hoy julianista “a muerte”, sea ungido intendente.