por Julián Segura*
Vivimos en democracia. Esto significa vivir con plenitud todos los derechos inherentes al ciudadano, en su máxima expresión. Parte de ello, es pensar libremente y escribir libremente esos pensamientos. No hay nada más sano, en democracia, que pensar; y pensar es construir en nuestras mentes nuestros ideales. Y luego viene la publicidad a terceros, es decir, para que esos ideales queden plasmados definitivamente en el tiempo y que puedan ser conocidos por otros ciudadanos, ese pensamiento generador de ideales, se escribe. Y con la escritura aparecen las responsabilidades. Mientras que esos esbozos etéreos permanecen solo en la mente del pensante, no habría problemas aparentes, pero cuando se publican, cuando de plasman en un papel, ahí sí puede originar daños. Este daño puede recaer sobre el lector, si es permeable e inconcientemente crédulo alo que está escrito, pues cree que si se escribió es verdad, o puede caer definitivamente sobre el propio individuo pensante-ideólogo-escribiente. Este último es el caso que nos ocupa.
El señor Omar Dalponte, en su artículo publicado en La Defensa, (soporte papel), del día de ayer, se ha burlado, literalmente, de todos los lectores del semanario. Al decir que “El Dr. Darío Díaz Pérez, después de dos mandatos exitosamente cumplidos, tendrá sobre sus espaldas una responsabilidad multiplicada por diez, pues pasará a ser el mandatario de cinco millones y medio de mandantes…. Sin duda su larga experiencia política puesta al servicio de la legislatura bonaerense será una contribución valiosa para el tratamiento de leyes relacionadas con la salud, el trabajo, la seguridad, la vivienda, la educación”, etcétera.
Señor Dalponte: con todo el respeto que usted me merece, no se burle de nosotros. No se ría de nosotros. No nos subestime y menos aún: no escriba estas tonterías pues, al quedar en el papel escritas, definitivamente quedarán por siempre plasmadas y, créame amigo, dentro de unos meses no va a saber qué hacer con ellas. Espero siga escribiendo y publicando sus pensamientos convertidos en ideas que aporten soluciones al distrito, serán bienvenidas, pero la gestión de Díaz Pérez solo debe quedar en el pensamiento y será en el de todos los que sufrimos a este inútil intendente que gracias a Dios lo perderemos en pocos meses y el que nunca más podrá caminar por nuestras calles sin sufrir los resultados del pensamiento hecho ideas y las ideas convertidas en acciones.
(*) Escribano, ex secretario de Gobierno