por Osvaldo E. Otero*
Cuando la UCR estaba en su apogeo (1983) no pudo con el peronismo en Lanús (aunque muchos saben que ahí hubo una entrega). A partir de allí fue cada vez mas difícil arrebatarle las elecciones ejecutivas a este partido que como langosta ha dejado la ciudad en la forma calamitosa en la que se encuentra.Esta decadencia no nace hoy, sino viene de hace más de veinte años, en la que nuestra ciudad está subida a un plano inclinado, sin iniciativas, acumulando cargos que no producen en lo más mínimo un efecto positivo, con calles desastrosas que cada vez tienen más pozos que asfalto, con basura que se acumula cada vez más en cualquier esquina en lugar de hacer civilizadamente donde corresponde y con tantas y tantísimas otras cosas más.
Ahora bien, hoy frente a una posibilidad real de cambio, certera, donde hay una serie de
factores que piden un cambio, hay quienes se cierran en un armado local para llegar a ese objetivo. Las fuerzas políticas que a nivel nacional (léase UCR, PRO y Coalición Cívica) buscaron acordar principios básicos y pragmáticos, para llegar a ser gobierno, ven que en los distritos como el nuestro, se oponen siquiera a dialogar para consensuar, obviamente haciendo prevalecer los intereses personales por sobre los necesarios para llegar a los objetivos primordiales, como ser llegar al poder. La Coalición Cívica está abierta al armado de este frente, la UCR sigue como siempre, dormida y al ritmo de quienes vienen manejando lo que les queda de esta estructura local netamente arcaica, y el PRO, por lo visto piensa que gana sólo y galopando sin necesidad de nadie. Tengo la impresión de que se la están creyendo antes de tiempo, y pienso que para conducir hay que saber manejar.
(*) De la Coalición Cívica