Fedrerico Romairone señala que su barrio, un remanso de paz hasta hace poco, hoy es un far west. “La zona comprendida entre Madariaga, Tucumán, Íllia y Eva Perón, sigue siendo epicentro de hechos delictivos e intentos de entraderas desde comienzo de año. Hace apenas minutos -relata- el barrio rompió con la tranquilidad dominguera que lo caracteriza al intentarse ingresar a barretazos a una vivienda familiar unos individuos no identificados que se dieron a la fuga. Esto se suma a los recientes robos producidos a unos pocos metros en otra casa hace apenas 15 días y a la entradera en otra aledaña”.
Dice Romairone que “vecinos de la famosa plazoleta de Los Naranjos, ahora abandonada, ya no se sienten seguros y se preocupan por el futuro de un lugar que supo ser ideal para vivir tranquilamente”.
Y se pregunta: “¿Por qué no hay cámaras en este barrio? ¿Por qué no se ven móviles policiales o de protección ciudadana circular por la zona? ¿Mariano Amore, secretario de seguridad, está al tanto de esta seguidilla de hechos? ¿Hay que llegar al punto de salir a cortar calles o escrachar a funcionarios para que se den respuestas”?