por Roberto “Chirola” Diaz*
Elecciones… elecciones… Cuando se avecinan estas fechas vemos caras que nunca antes habíamos cruzado, ni en el mercado. Es cuando nos enteramos que casualmente en nuestra cuadra vivía un consejero escolar, o un concejal, o un diputado o un senador, a los que no le conocíamos el nombre pero los pudimos observar ostentando un pasar de reyes. Y como las casualidades son tan grandes también vemos que el bache de la esquina sigue allí, que los hospitales no tienen ni curitas y casualmente sólo casualmente nos roban, nos matan y nos amedrentan los chorros. Para no hablar de la miserable magdalena que le dan a los chicos en la escuela como alimento reforzado. No obstante los amigos estos advenedizos de los que no se conoce obra alguna, ni se tomaron el tiempo para saber qué inquieta a los pobladores, nide las necesidades de la ciudad. Así forman parte de un proceso abstracto de inacción; vuelven a subir carteles a realizar millonarias pegatinas y ponderar causas en pos del beneficio… propio, sin considerar siquiera al proyecto ideológico que le dio vida y lugar. Claro, todo este tiempo les sirvió para engrosar sus billeteras y sostener lo único que los convoca: “seguir estando”. Algunos fracasados en sus profesiones, otros eternos chupadores de la teta del estado, flojitos de voluntad que les permite ir y venir hacia donde sea que los lleve este viento. También están los sin cualidades, ni capacidades, ni oficio que con tanta suerte, se encontraron en el lugar indicado, en el momento “justo”. Dirigentes sin ningún peso específico, pero con una condición camaleónica y acomodaticia que danza al son de sus números.
Los últimos tiempos nos han llevadoa encontrarnos con este tipo de especímenes que ve a la política como una bolsa de trabajo y no como la herramienta capaz de ayudar al prójimo. Vimos las miserias humanas cuando los enfermos oncológicos reclamaban por sobrevivir y estos inertes seguían con sus vidas cuando sabemos que son parte responsables … ¿Y quieren renovar? Por lo que falta, porque hacen la diferencia, porque son la nueva política, porque tienen un sueño.. Digo: ¿Y la gente para cuando?
¿Qué nos ha pasado para que esto hoy nos parezca normal? Está bien que haya un encargado municipal de cobrarle a los vendedores ambulantes de Lanús o que un concejal sea también funcionario municipal o que un auxiliar de escuela tenga dos o tres cargos en una misma titularidad. Es natural que haya muerto un fiscal de la nación en raras condiciones. Es normal que el tipo que no pudo darnos seguridad, educación, justicia, hoy vaya por la presidencia de la nación. Es normal que un intendente ostente dos cargos electivos. Pero algunas de estas cosas son más que anormalidades y rayan la ilegalidad .
Es importante que a “estos” les recordemos la importancia de los valores y la ética cosas de la que tanto hablan. Que lo conceptualicen e incorporen porque de nada sirve cualquier estrategia si no se cumple con el fin último: la satisfacción de las necesidades de la sociedad.
Y parafraseando al general: iremos con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de “estos” .
(*) Ex diputado provincial