por Ernesto Acosta*
Al señor Omar Dalponte: Antes que nada, quiero aclararle que soy lector de La Defensa desde hace muchos años, es decir, desde mucho antes de que usted tuviera la posibilidad de escribir en este prestigioso semanario.A decir verdad, nunca me interesó lo que usted escribe desde que se hizo K. Sí me interesaban mucho algunas notas sobre la historia de Lanús, y otras que no tenìan que ver con la defensa de este gobierno de ladrones y corruptos. Le aclaro de paso, que lo mismo me pasó con la FM Espacio: desde que el dueño (Silvano Lanzieri) se hizo K y echó a Gerardo (Masiello) no la escuché más.
Le voy aclarar que lo de ladrones, lo digo con pruebas: mi recibo de sueldo. Y además trabajo
en RRHH de una empresa, y debemos notificar a operarios que apenas saben leer y escribir que deben presentar la DDJJ de Bienes Personales y Ganancias, los cuales al igual que yo debemos pagarle a un contador para que nos haga dichas declaraciones. Es decir no sólo me roban parte de mi sueldo, sino que además tengo que disponer de una parte de mi sueldo para pagarle a un contador.
Lo que me llevó a escribirle, es que me parece una falta de respeto, lo que usted escribió en la nota referida a Alberto Nisman.
Decir que "en verdad, a muy pocos les interesa si se mató o lo mataron", creo que es una falta de respeto para toda la sociedad. Es más, la mayorìa creemos que lo mataron y además queremos saber quien lo mató y quienes son los autores intelectuales.
Pero lo peor, es que ademàs me pareciò una groserìa, por no utilizar otros términos, decir que "Nisman no es otra cosa que un cadáver cuyo final ha sido oscuro como lo fue su propia vida". Y me pregunto: ¿Usted qué sabe, para afirmarlo, tal como lo hace su jefa espiritual? ¿O usted fue el que pegó esas fotos truchas con mujeres, como si eso hiciera que no se investigue la muerte de un Fiscal de la Naciòn?
Por último, le pido que no descalifique a los que participaron de la marcha. Lamentablemente yo no pude hacerlo, pero iba a ir como todos los trabajadores a quienes nos roban porque según Axel sólo somos un diez por ciento de los trabajadores. Estoy dentro de ese diez por ciento, y no me gusta que me roben.
(*) Vecino de Lanús