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martes, 10 de febrero de 2015

Mitos y realidades de las hierbas medicinales

por Alejandro Chitràngulo 

En la actualidad las hierbas medicinales invaden farmacias tiendas de dietética, ferias y hasta mercados. Son muchas las personas que eligen los tratamientos alternativos, tanto para curar sus dolencias como para bajar de peso. Quienes las venden sugieren que sirven para la cura de la tos, un resfrío o el dolor de espaldas; aumentar la masa muscular o bajar de peso. Pero una investigación advirtió que su uso trae más problemas que soluciones.
Según el periódico The Independent, cerca de 16 millones de personas las usan en todo el mundo, mientras que las encuestas sugieren que cuatro de cada cinco están satisfechas con los resultados. Por otra parte, los registros dicen que su venta a nivel mundial crece ininterrumpidamente desde 1999. Sus mayores promotores son las celebridades, cuya cara más representativa es el Príncipe Carlos de Inglaterra. Sin embargo, dos expertos británicos
publicaron el pasado miércoles un estudio acerca de las hierbas medicinales y su poder, afirmando que son mucho más perjudiciales de lo que se piensa.
La investigación
La medicina a base de hierbas es una práctica que trata las enfermedades de dos maneras: con un sólo tipo de planta, refinada y estandarizada, o con un cóctel “vegetal” creado para cada paciente según sus necesidades.
Para el doctor Peter Canter y el profesor de medicina complementaria Edzard Ernst, de la Peninsula Medical School de la Universidad de Exeter, Gran Bretaña, es obvio que el uso de las hierbas medicinales es riesgoso. Su advertencia radica en que entienden que algunas de ellas son tóxicas y pueden dañar órganos como el hígado y los riñones; otras están mal identificadas y son incluidas erróneamente en tratamientos; algunas son adulteradas con drogas prescriptas como los esteroides o cultivadas mediante el uso de agroquímicos; y otras son mezcladas de manera peligrosa con medicinas tradicionales.
   Esta teoría estaría apoyada por la UK Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency (MHRA), que el año pasado envió cerca de una docena de alertas sobre varios de estos productos.
Los investigadores analizaron a los consumidores que “elaboran” sus propios remedios, es decir, aquellos que concurren al comercio especializado, le describen sus síntomas al vendedor, y éste les prepara una ración con diferentes hierbas. Y descubrieron que este tipo de productos no surten efecto alguno. De los 1.300 casos analizados, sólo tres entienden y aceptan que la mezcla actúa sólo como placebo.
Entonces, Canter se pregunta: “Una droga en la medicina tradicional no se usa en un paciente hasta que su eficacia esté demostrada. ¿Por qué entonces se aplican dobles estándares en la medicina natural? Si no hay evidencia de los beneficios y sí de los serios riesgos, debemos cortar su venta”.
La respuesta de los médicos alternativos 
Para Jill Davies, presidente de Association of Master Herbalists, la medicina natural es una vocación que no necesita de la ciencia para probar su eficacia. “Estuve practicándola por 30 años y funciona muy bien”, dijo. Y agrego “No solo debemos respetar el consumo de hierbas naturales porque acompañan a la humanidad desde hace miles de años, sino que también, deberíamos observar y aprender de los animales; que cuando tienen problemas, buscan distintas plantas para mejorarse”.
En clara critica a quienes difaman la medicina alternativa Jill Davies manifestó; “Esta claro, que estos médicos temen por sus bolsillos, las hierbas o la medicina alternativa es mucho menos costosa que cualquier otro medicamento hecho en laboratorios muy reconocidos. Lo mismo pasa con los medicamentos genéricos, se dice, de todo sobre ellos, porque las grandes empresas están perdiendo dinero. Yo consumo desde hace 5 años medicamentos genéricos, y nunca me hicieron mal, todo lo contrario, son muy efectivo como cualquier otro”.
La contracara
Canter y Ernst se vieron sorprendidos cuando los especialistas en medicina natural a los que pidieron evidencia de la factibilidad de sus remedios no pudieron refutar las conclusiones del estudio. “Le escribimos a 15 organizaciones profesionales pidiéndoles evidencias, y ellos no nos respondieron nada”, señaló Ernst.
Los seguidores de las curas alternativas son acusados de practicar “magia” y no medicina. Ellos responden que mucha de la medicina considerada “ortodoxa” no tiene un fundamento científico. Según ellos, muchas drogas fueron descubiertas por accidente, y muchos tratamientos tradicionales están basados en pruebas muy antiguas que nunca fueron revisadas. 
Aunque los investigadores reconocen que algunas hierbas sí tienen efectos positivos para el organismo, advierten que el problema está en mezclar estas curas con las medicinas tradicionales.