por Lisandro Martínez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arEn Puerto Madero y en los countries donde viven Leonardo Fariñas, el narco “Mi sangre” y otros prohombres por el estilo, se infló el globo de que se garantizada la seguridad con cámaras, seguridad privada y cerraduras alfanuméricas; la realidad desnudó los límites de la garantía extendida por especuladores inmobiliarios y funcionarios acoplados a los negocios de la construcción.
La pobre investigación sobre la muerte de Nisman ha dejado una cosa en claro: la seguridad en Le Parc nunca existió y si existió fue vulnerada por la acción concertada de la Policía Federal (PFA) y la seguridad privada que liberaron la zona.
Como conclusión de esta trágica pantomima, la seguridad pública no puede brindarla el régimen político de los servicios secretos atados a negocios turbios: lavado de dinero, trata de mujeres, niños y drogas. En Lanús, un municipio de 44 km2, los chorros tienen vía libre en todos los barrios del este y el oeste, eligiendo sus presas, es impensado que esta conclusión no tenga su correlato en el distrito.
La seguridad del estado ha sido probada en todos sus matices, desde confiar en la institución policial, participar en las plomíferas reuniones de foros de seguridad que
prometieron lo que nunca van a garantizar, hasta concluir en movilizaciones que piden frente a las comisarías la renuncia de los oficiales involucrados con la zona liberada cuando ya es tarde y hay uno o más muertos cuyos cuerpos todavía calientes reclaman justicia.
Cuando la historia se repite –dicen- se transforma en grotesco y esto pasa hoy en Lanús con un gobierno desbordado, último en las encuestas para las PASO y que tiene como una sombra al candidato de La Cámpora, Julián Álvarez, quien no le da tregua aunque también a Julián la crisis política junto a la guerra interna de la barra brava de Lanús que él alimentó, promete devorárselo.
¿Qué dicen los otros candidatos sobre la seguridad? Russo, Grindetti, etcétera: ¡Militaricemos los barrios! Es decir profundicemos el fracaso de los últimos 32 años.
En estos 8 años de pejotismo K en Lanús se tomaron medidas siempre relacionadas con mayores costas a cargo del vecino: 1. Patrullaje de helicópteros, alquilados con dinero público, cuyo balance de eficacia es vergonzoso; 2. La compra de cientos de cámaras que como en Le Parc fueron negocio para Montoto pero que rara vez funcionaron; 3. El centro de monitoreo inútil para evitar delitos; 4.Los anuncios y llegadas de permanentes flotas de patrulleros sólo propiciaron el “clink caja” de Scioli, para luego desaparecer de las calles; 5. La creación de la Policía Municipal mediante un inconstitucional doble impuesto para un mismo servicio policial que no está en ningún lado; 6. Se apeló a la Prefectura (PNA) y a la Gendarmería (GNA) a la que incluso algún pavote convocó mediante un afiche dirigido a Cristina, sin que por la cabeza le pasaran los desaguisados producidos por integrantes de GNA que incluyeron el asesinato para afanarle la recaudación a un boletero del Roca.
La intoxicación de las calles por tropas no brinda seguridad y produce el efecto contrario por la educación piramidal cuartelera, donde priva la inefabilidad del jefe, la misoginia y el machismo más acendrado. Este conjunto de actitudes, conductas y prácticas sociales impuestas acompaña a la GNA como elementos extraños injertados con fórceps en las barriadas.
Desde el 2/6/2002 se militarizó la represión (al movimiento popular) pretextando la “guerra a la delincuencia”, se creó un “Estado Mayor contra el Delito”, con la Policía Federal (PFA), Bonaerense (PBA), GNA y PNA. Esta patota tuvo su bautismo en la masacre de Puente Pueyrredón.
El 10/7/2003 se concretó el “Estado Mayor Metropolitano” que coordina a PFA, PBA, GNA, PNA y la SIDE.
En diciembre de 2010 un decreto presidencial ordenó el despliegue de la GNA con el Operativo Centinela en el GBA, en jurisdicción de la Policía Bonaerense.
“El presupuesto de PF, GNA, PNA y la Policía de Seguridad Aeroportuaria creció 800% por ciento. La GNA tiene hoy 30.435 efectivos, 70% más que en 2003, y de 2011 a 2012 creció en 1000 efectivos. En 2011 y 2012 se compraron 156 autos, 153 camionetas, 66 camiones, 20 furgones y 71 cuadriciclos. (Pagina 12- 26/8/2012)
La presencia de tropas estacionadas en cualquier lugar del planeta es tener a un grupo de individuos sin otra actividad que descubrir detrás de cada rostro joven un delincuente. La violación de mujeres y niños por parte de esas tropas están a la orden del día y las denuncias llueven.
Ahora, luego que tres elementos de Gendarmería Nacional violaran el 31/1/2015 en el Parque General Manuel Belgrano de Monte Chingolo de Lanús a una piba de 15 años, un empresario “del apriete”, de Morosos Incobrables, José Paletta, un amigo de la Intendencia se ha anunciado como “asesor de seguridad” que responde sólo a Díaz Pérez y avisó que aplicará el mismo veneno que nos llevó a estar en terapia intensiva: “desembarcarán otros 150 gendarmes en Lanús”.
Dicen que el único animal que se choca dos y más veces con la misma piedra es el hombre y por lo visto varios de esa clase están dedicados a la seguridad del ciudadano en Lanús.
El campeón de tiro al blanco Paletta, un investigador parapolicial partícipe de la programación de la televisión chimentera es, a esta altura de las desgracias, la frutilla de un postre ya recalentado, que viene con recetas probadamente ineficaces a la hora de tratar con una institución en acelerado proceso de descomposición desde la cabeza. La novedad del “asesor de seguridad” es que visita personalmente a las víctimas del delito, sea en la casa o en el hospital, una demagogia para la cual no alcanzan las 24 horas por el nivel de casos que ocurren en el distrito.
El ciudadano de a pie continúa siendo un espectador pasivo mientras los chorros operan con planes detallados por sus socios que conocen al dedillo la cuadricula del distrito y tienen como blanco a los vecinos de todas las barriadas, las de alto rango y las de pobreza endémica, porque todo suma a la caja central y además provoca “noticias terroríficas” (matan un jubilado, violan a una mujer, etc.) que desvían la atención del saqueo nacional que se produce a diario.
Disolución de la Policía Municipal.
Por un cuerpo de seguridad ciudadana seleccionado por los organismos de DDHH.
Auditoría de las comisarías, del municipio y la gobernación para revisar los costos de la “seguridad”.
(*) Del Partido Obrero