Informe Económico Semanal del Banco Ciudad
Después de los tres días finales de la semana pasada en los que rigió un virtual cierre del mercado de cambios para los importadores, esta semana el BCRA volvió a habilitar compras de dólares para pagar importaciones, manteniendo de todas maneras, fuertes controles e introduciendo nuevas restricciones para la asignación de divisas. Este celo en el acceso de los importadores al mercado de cambios fue una demostración de la preocupación con que ve el BCRA la evolución que vienen mostrando las reservas internacionales, que después de haber acumulado USD 2.532 millones en diciembre subieron sólo USD 9 millones en enero y vienen cayendo unos USD 150 millones en lo que va de febrero. Particularmente, dado que este estancamiento en las reservas se produce a pesar de que siguieron ingresando dólares del “swap” de monedas con China (unos 800 millones en lo que va de este año) y que pronto estarían entrando divisas asociadas a las colocaciones realizadas por YPF (USD 500 millones) y por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (USD 500 millones), los cuales ayudarán a sobrellevar la escasez de divisas hasta tanto comience el período de mayor liquidación de dólares en el mes de abril.En este contexto de escasez de divisas, las cotizaciones alternativas del dólar siguen, sin embargo, sin mostrar grandes sobresaltos, destacándose particularmente el retroceso que
muestra el dólar “blue”. Este se ubicaba sobre el cierre de la semana en $13,10, marcando un retroceso de 4% en los últimos 30 días, llevando la brecha con el tipo de cambio oficial a niveles cercanos al 50%, muy lejos de los máximos observados a mediados de 2014 del 89%. El comportamiento de este mercado parece estar influido por la oferta de moneda extranjera proveniente de la demanda por “dólar ahorro” que durante los seis primeros días hábiles de febrero totalizó USD 231 millones, lo que representa un incremento de 161% respecto a igual período del año anterior.
Mientras tanto, tras un marcado retroceso en los últimos meses, las expectativas de devaluación implícitas en los futuros del dólar han pasado a alinearse con los rendimientos en pesos. Así los futuros a 6 meses del dólar que cotiza en Nueva York tenían implícitos un ritmo de devaluación anualizada de 28,4% contra valores de 53% que registraba en octubre pasado. En lo que respecta a rendimientos en pesos, el Banco Central detuvo el ligero descenso en las tasas de las LEBAC que venía implementando durante enero, consolidando una incipiente recuperación en las tasas de interés. En consonancia con esta decisión el BCRA retiró del mercado durante la última semana unos $6.500 millones, los cuales se agregaron a los más de $26.000 millones que esta institución absorbió durante enero. Estos niveles de esterilización eran necesarios dada la masiva inyección de medios de pagos realizada desde el Banco Central en particular durante los últimos meses de 2014 para financiar al muy deficitario sector público. A pesar del mayor atractivo de los rendimientos en pesos, la liquidación de divisas siguió a un ritmo lento, constituyendo esta una de las causas centrales del pobre comportamiento reciente en la evolución de las reservas.
En paralelo, el BCRA mantiene su estrategia de emplear el tipo de cambio como “ancla” contra la inflación manteniendo, a pesar de cierta aceleración llevada a cabo durante enero, el ritmo de devaluación del cambio oficial en el entorno del 1% mensual (12,7% anual), bien por debajo de la inflación. Esta, por su parte, según el índice de precios elaborado por la Ciudad de Buenos Aires, fue de 2% durante el primer mes del año. Con esta dinámica de precios relativos se sigue profundizando la apreciación real del peso, en un contexto en el que además el dólar se ha fortalecido contra otras monedas. Como venimos señalando en informes anteriores esta pérdida de competitividad afecta al sector real de la economía y es un determinante del pobre comportamiento de nuestra balanza comercial.
Conocidos la semana pasada los números finales para 2014 de salarios nominales informados por el INDEC, se comprueba que a pesar de la moderación en el margen de la inflación, esta sigue en niveles que generan una importante contracción en los salarios reales. Así durante 2014 estos cayeron un 3.4%, marcando el tercer año consecutivo de retroceso. Además de la situación descripta para los salarios reales, el contexto recesivo afectó negativamente los niveles de empleo que retrocedieron un 0,9% durante los tres trimestres informados de 2014.
Como vemos se trata de un escenario no muy halagador en el que el gobierno debe transitar desde ahora hasta diciembre, tratando de administrar la escasez de reservas sin agravar de manera drástica la deteriorada situación del sector real de la economía. Una tarea por la que transita, y da toda la impresión lo continuará haciendo, con un continuo de machas y contra marchas.