El intendente reconoció que la rectora no debe tomar unilateralmente la decisión de cerrar la calle o de abrirla en horarios especiales ya que de esa forma corta el acceso de la gente. También hizo mención a las dificultades que tiene la traza para la vigilancia, ya que obliga a tener más policía que cobra horas extras para realizarla y que ello implica un gasto extra al erario municipal. “Si la calle es recta nos ahorramos un efectivo y el pago de muchas horas de sábado y domingo”. Además los vecinos llegarían tranquilamente de un lado al otro, según manifestó Darío Diaz Perez. También habló de un proyecto para realizar un paso bajo nivel en la zona “lo que les daría a todos fácil acceso” y que “estuvo a punto de salir”. Según explicó, se conseguía el dinero que enviaría el gobierno nacional pero los trámites extensos y complicados frente a organismos -que tienen que ver con el ferrocarril- para la cesión de unos metros de tierra lo impidieron. Reconoció que “no me
ocupé lo suficiente de esa calle porque estaba esperando la resolución del paso bajo nivel y de nuestro proyecto, que insumiría mucho dinero”. Pero, si bien pretende seguir adelante con esa obra, “reconozco que los vecinos necesitan una solución urgente, y la calle se va a abrir, sí o sí. Intentaremos convencer a la rectora -Ana Jaramillo- para hacerla recta pero si no lo logramos se hará cómo estaba trazada”.
La apertura de la calle, que antes estaba en el límite de la universidad, queda ahora en medio, tras la cesión de una nueva parcela de 4 hectáreas a la casa de altos estudios, producida hace aproximadamente un año y medio. Este sería uno de los motivos que ha complicado las cosas, pues Ana Jaramillo no querría que la UNLa quedase cortada por un sendero que entra en el predio.
Lidia López, una de las vecinas que generaron el fuerte reclamo (foto) expuso algunos de los problemas que tienen los vecinos de la zona, haciendo hincapié en la importancia de esa calle peatonal para la conectividad de los vecinos del lado este con el ferrocarril y con el oeste de Escalada: una antigua aspiración de los trabajadores que se ven impedidos de acceder al tren.
La audiencia, prevista para el martes, se había cancelado porque el intendente había sido citado a la Casa de Gobierno y se reprogramó para el miércoles, realizándose en el salón Hugo del Carril por la cantidad de instituciones que se presentaron, si bien algunas mostraron desconocimiento del tema por el que fueron convocadas.
Estuvieron presentes también Oscar López (el único concejal que se acercó a los vecinos), el ex diputado Roberto “Chirola” Díaz, el edil Jorge Montero, el director municipal Raúl Cosenza y representantes de veinte instituciones escaladenses, entre ellas Claudia Serapio, de Alborada, que viene impulsando la apertura de la calle desde la administración de Manuel Quindimil.
Marta Santos