por Lisandro Martínez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arLa muerte del fiscal Alberto Nisman ha provocado la vuelta de los seguidores de la celebre especialista en temas policiales Agatha Christie, pero el corazón del caso no es la trama detectivesca sino que una vez más ha vuelto a ponerse de relieve la brutal dependencia semi colonial que maniata a nuestra Nación.
En 1939 el gobierno argentino consultó con Gran Bretaña la posibilidad de abandonar la neutralidad y unirse a los Aliados. El gobierno británico rechazó la proposición reiterando que: la principal contribución argentina eran los suministros y para garantizarlos era necesario mantener la neutralidad. Por entonces también EE.UU sostenía una posición «neutralista» consolidada por las leyes de Neutralidad de 1935-1939 y su tradicional «aislacionismo», aunque esa posición variaría radicalmente cuando sus bases
militares en el Pacífico fueron atacadas por Japón el 7 de diciembre de 1941.(Carlos Escudé: «Un enigma: la “irracionalidad” argentina frente a la Segunda Guerra Mundial», Revista Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, vol. 6 n.º 2, 1995, Universidad de Tel Aviv.)
Una visión idílica del nacionalismo burgués 1943/1952 indica que Argentina, se mantuvo neutral durante el conflicto bélico llamado segunda Guerra mundial. Es verdad que por algunas actitudes nacionalista, fue poco cooperativa con los países aliados e incluso provocó roces con EE.UU mostrando fuertes simpatías por la Alemana nazi. Pero esta decisión política no establecía ninguna independencia frente a los poderes del capital que se querían apropiar de los mercados comerciales sino un cambio de referente mundial, el gobierno a partir de 1943 buscaba realinearse ideológicamente y referenciarse en el Eje Alemania/Japón/Italia a consecuencias de ello permitió el accionar de agentes del espionaje nazi fronteras adentro del país –se produjo el escándalo de la detención por los británicos del marino Osmar Helmuth, un agente secreto alemán que había sido enviado por Ramírez, Gilbert y Sueyro a comprar armas a Alemania- y al final de la contienda, aceptó a pedido del Papa Pio XII -un activo simpatizante hitleriano- refugiar a criminales de guerra nazis. Por lo tanto la neutralidad no existía y pronto hubo que volver a la casa del amo con la cabeza gacha. EEUU retomo en America Latina a través de diversos tratados de la época su condición de protectorado y guía de las fuerzas armadas de cada Nación y estableció con la supervisión de sus servicios secretos, los servicios de inteligencia de los países dominados.
En 1943 durante el gobierno militar por un incidente debió renunciar el Ministro de Relaciones Exteriores Almirante Segundo Storni quién tenía simpatías por EE. UU donde había residido por años y era un nacionalista “aliadófilo” partidario de ingresar a la guerra. El 5/8/1943 le envió una carta al, Cordell Hull anticipándole que era intención de Argentina romper relaciones con las potencias del Eje y pedía paciencia para crear un clima de ruptura en el país, a la vez que algún gesto de EE.UU que suministrara armas, para aislar a los «neutralistas». Para presionar al gobierno argentino, Cordell Hull hizo pública la carta de Storni, cuestionando además en duros términos el tradicional «neutralismo» argentino. (Daniel Rodríguez Lamas (1983). ”Rawson, Ramírez, Farrell”. Centro Editor de América Latina)
El correctivo final para el devaneo nacionalistas burgués vernáculo se desencadenó el 3/1/1944, cuando la República Argentina oso reconocer al gobierno boliviano, derivado de un golpe de Estado encabezado por Gualberto Villarroel. Bolivia se declaró partidario de la neutralidad y propuso crear un Bloque Austral neutralista, junto a la Argentina y Chile, los únicos que se mantenían neutrales en America, los yanquis reaccionaron brutalmente, denunciando que Argentina había promovido el golpe de Estado boliviano, y enviaron un portaaviones al Río de la Plata, que ancló en Montevideo. Esto produjo un vuelco inmediato de los líderes militares argentinos que retrocedieron en chancletas y el 26/1/1944 Argentina rompió relaciones con Alemania y Japón. (Robert A. Potash (1981). ”El ejército y la política en la Argentina” 1928-1945. Buenos Aires: Sudamericana)
En 1976 la dictadura Militar “argentina” fue hija de los servicios franceses (DGSE) que le proveyeron los instructores en interrogatorios y torturas con experiencia en Argelia y de La CIA que instrumentó las mismas técnicas que en Vietnam donde desaparecieron mediante la Operación Fénix, 20.000 personas en Saigón.
Uno de alumnos más avanzado fue López Aufran quien se integró a la “escuelita” en 1961. A cambio franceses y yanquis ocuparon desde entonces un piso en el Comando del Ejército en Paseo Colón.
Los servicios secretos nacionales están infiltrados y responden a otros intereses. El hasta hace pocos días Jefe de la Side de la “democracia” Antonio Horacio Stiuso, Ingresó a los servicios en 1972, en otra dictadura, luego con la última dictadura y de la mano del General Otto Paladino obtuvo uno de sus primeros “éxitos” infiltrando a las Madres de Plaza de Mayo.
En el colmo de los disparates con la venida de la democracia el gobierno de la UCR con “el padre de la democracia” convocó a la Mossad (sinonistas) y a la DGSE (francesa) que reorganizaran los servicios secretos de la Nación. Una postal patética de quien es el verdadero poder conocimos cuando Guglielmineti un hombre de los grupos de tareas fue el custodio personal de Alfonsín. Luego los servicios y los carapintadas extorsionaron con el levantamiento militar de semana santa en 1987 y lograron la obediencia debida de los genocidas. Más adelante bombardearon con fosforo blanco a un grupo de foquistas e hicieron desaparecer a algunos de ellos que podrían haber sido desalojados del cuartel de La Tablada por los bomberos.
Con Menem los servicios volaron 3 objetivos para ocultar sus negocios del tráfico de armas (la Embajada de Israel, AMIA y el Arsenal de Rio Tercero). La triangulación argentina/israelí/iraní tuvo infinidad de vuelos para contrabandear armas sionistas a Irán durante los 80’ y 90’ La conexión local y los servicios secretos en los atentados de la Embajada y la AMIA están más que sospechados de su autoría y complicidad. Luego asesinaron a Carlos Menem (Jr.) por un vuelto.
El 19 y 20/12/2001 la masacre de 40 manifestantes durante el gobierno de la Alianza dijeron presente provocadores y tiradores de la SIDE. En 2002 Aníbal Fernández, Juanjo Álvarez (SIDE) y otros armaron la encerrona del Puente Pueyrredón.
Los crímenes de Estado han sido la salida de los servicios secretos nacionales frente a las crisis y los reclamos populares. En 2010 armaron la ratonera de Barracas.
El proyecto X del gobierno K, el genocida Milani a cargo de los Servicios “renovados” son la base del saqueo nacional y la dependencia.
Esclarecimiento de la muerte de Nisman. Que se haga público el contenido de sus denuncias. Que el gabinete comparezca al Congreso Nacional, para una interpelación integral y pública sobre la causa AMIA. Apertura integral de los archivos de inteligencia de la SI y del Ejército. Destitución y juicio y castigo de Milani. Derogación de la ley antiterrorista y el Proyecto X de inteligencia.
(*) Del Partido Obrero