Mientras que un caballito liberado en el marco de un programa que apunta a erradicar la explotación animal en Paraná, conmovió las redes por su reacción ante la libertad, es incomprensible la falta de reacción de la sociedad lanusense ante lo que pasa al respecto por estos pagos: Caballitos pequeños y flacuchos, sedientos, que arrastran como pueden pesadas cargas, incluidos dos o tres “humanos” que ni se bajan para ayudarlos a repechar cuestas, son moneda corriente por las calles de Lanús.
Domingo Faustino Sarmiento pensaba en el sufrimiento en el siglo XIX. Lanus mira para otro lado en 2015. Para tener en cuenta a la hora de votar.