por Rubén Massobrio*
Mientras la comunidad se aprestaba a vivir una nueva Navidad, la violencia una vez más enlutaba al municipio. Varios días de enfrentamientos dejo como saldo un muerto y heridos, entre facciones de barrabravas del club Lanus.Muy grave en sí misma, la repetición de tiroteos con saldos mortales refleja, por un lado la lucha de poderes de fuerte contenido monetario. No se descarta todo tipo de negocios, hasta del tráfico de drogas.
Igual de grave es la inercia, desidia y hasta la negación por parte de quienes son los responsables de este desmadre de violencia que amenaza a toda la sociedad.
La inacción del intendente Díaz Pérez, de familia muy ligada al club, lo encuentra como uno de los principales responsables de esta escalada con interrogantes sin respuestas y silencios con olor a incapacidad.
Los dirigentes que parecen no comprender la gravedad de seguir cediendo espacios a los inadaptados que empañan el prestigio y presencia del club en el universo deportivo y social.
Los políticos: Acá el panorama es muy complejo. Por un lado se menciona a conocido barra como integrante de la agrupación del vice-ministro de justicia y precandidato a intendente. Suena casi a ciencia ficción.
En el otro polo también muy involucrado el candidato (según seguidores) expresidente de
Lanús, primero niega conocer a los integrantes de las barras, para después negar y no enfrentar denuncias que lo involucran en la justicia de varias maneras.
Según volante de campaña uno de los puntos que mejorarán con su arribo al municipio es concretar más “seguridad“. Los hechos muestran lo contrario
Así dada la realidad, los demás integrantes del arco político-institucional parecen no dar muestras ó darse por enterado. Lanús se está convirtiendo en una alfombra de 48Km2. Esto es mucha mugre.
Sugerimos averiguar cuánto hay de distancia entre Argentina y México, el país del norte que está copado por la violencia, las drogas
y las muertes.
(*) Presidente de Cedrolan