El Logan de Gabriel Soto -padre del Polaquito- cargado de folletería de Julián Alvarez. Y con agujeros de balazos en su carrocería, producidos según declaran los detenidos, esa fatídica mañana. |
Guerra de barrabravas y un baúl cargado de sorpresas
Vecinos de Sargento Cabral entre Sarmiento y Anatole France, luego de pedir estricta reserva de sus identidades, le dieron a La Defensa una versión de por lo menos parte de los hechos que desembocaron en el homicidio del Gallego Fernandez, en el amanecer del 25.Primero describen al Gallego como “violento, peleador a mano limpia pero solidario como él solo. Era capaz tanto de salir por la madrugada a llevar a un vecino al hospital como de perseguir a los chorros que habían robado a alguien del barrio”.
Después del brindis de Nochebuena, el Gallego sacó el equipo de audio a la vereda y se armó el típico baile de la cuadra para las fiestas.
Relatan que pasadas las cinco, apareció El Polaquito con su auto, lo insutó a su archienemigo Fernandez y siguió su marcha a todo gas por Cabral en dirección al este. El Gallego, se subió a su camioneta y salió en persecución de Soto, y al llegar a Basavilbaso se produjo la tragedia. Allí, según Gabriel Soto, el padre del Polaquito le acierta un tiro a Fernandez “en legítima defensa”, dice.
Al cabo, esa mañana, la policía de la Seccional 2ª produjo cuatro detenciones: primero Gabriel Soto y Gabriel Farías y luego Matías Soto, y su tío Juan Soto.