por Lisandro Martínez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arCampomar es un predio de 5,8 hectáreas ubicado entre las calles Remedios Escalada de San Martín, Darragueira, Cnel. Molinedo y Liniers, en Valentín Alsina, cuyo valor económico por estar a 5’ de la capital despertó desde 1971 la furia de los poderes públicos por hacerlo guita, cuando la fábrica cerró por quiebra fraudulenta.
El ex director de Vivienda de Lanús, Marcos Montenegro, conocedor de secretos de estado, señaló a La Defensa el 26/9/2012 que el terreno de 58.063m2 fue inscripto el 15/3/1976 en el catastro 4417-Lanús (25) Partida: 105249 A, como Compra/Venta de SEGBA con hipoteca simultánea en primer grado por $4.275.000 a/favor de la Financiera AION y otra hipoteca simultánea en segundo grado por $10.312.500 a/favor de la misma financiera. A partir de allí Campomar fue custodiada por personal militar armado y un sector fue denominado “polígono”.
Docenas de testigos señalaron que durante la dictadura en Campomar operaron las tres armas, entraron y salieron en camiones cubiertos, dispararon ráfagas de metralla, hicieron escuchar lamentos humanos, sobrevolaron, bajaron y ascendieron con helicópteros. En 2012
una docena de testigos recurrieron a la justicia que no investigó nada y desde entonces busca cerrar la causa por “falta de pruebas” que ella se niega a recoger.
El 11/11/1999 el secretario de Obras Públicas del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos (SOP 243) resuelve enajenar el inmueble y aprueba la venta directa. Por el certificado del Registro de la Propiedad del 12/12/2000 número 1 1878184/6 el inmueble -Campomar- es del estado.
El 26/12/2000 el estado operó la venta e hipoteca a favor de la Financiera Raisin SA -Román Daniel Goldfarb- en $2.100.000 y continuó operando en el inmueble Edesur.
El 31/7/2003 el estado entrega la escritura a Raisin SA que es parte del Grupo Chateau -inversionistas y “desarrolladores”- de la Corporación Puerto Madero.
Sergio Grosskopf es titular del Grupo Chateau vinculado a los bingos de la PBA -gobernación Scioli- y está “acusado de lavado de dinero por el fiscal Gonella” (lapoliticaonline 21/9/2013).
La Corporación Puerto Madero SA es una empresa estatal regida por el derecho privado comercial. Su capital fue y es dinero público y se constituyó por decreto menemista Nº1279/89. El boletín oficial señaló “se le transfieren 170 hectáreas públicas” donde hoy está Puerto Madero. La estafa menemista –a la vista de la oposición “democrática”- tuvo como objetivo imponer la arbitrariedad absoluta en función de maximizar ganancias usurpando bienes fiscales. Los saqueadores de los bienes públicos tomaron notoriedad en 1998 cuando intentaron expropiar 19.000 m2 pertenecientes al campo de deportes del Colegio Buenos Aires e invocando el decreto menemista señalaban: “Están para construir torres”. Los inversionistas y desarrolladores de la Corporación Puerto Madero son: el grupo Sutton, dueños del Hotel Alvear; Fernández Pietro y Asociados ligados a Julio Grondona y a Julio Devido; Luis Perelmuter, ex presidente de la AMIA quien le vendió dos unidades a Néstor Kirchner en Madero Center; Sergio Grosskopf del Grupo Chateau; el Grupo Ginevra de inmobiliaria Aranalfe. Hasta 2005 invirtiendo en Puerto Madero se blanqueaba dinero de los paraísos fiscales. (“El robo de Buenos Aires: La trama de corrupción, ineficiencia y negocios les arrebató la ciudad a sus habitantes”, Gabriela Massuh – Ed. Sudamericana 2014).
El lavado, la expropiación de tierras fiscales y la especulación inmobiliaria en 25 años no fueron investigados, en cambio todos los gobiernos se aprovecharon de los negociados.
El 9/7/2012 CFK con sus ministros: A. Kirchner y A. Sileoni; sus sacerdotes: el presidente de Caritas O. Ojea; el director de Caritas, G. Castelli; el secretario de Obras Públicas, José López; y el secretario de Presidencia, Osicar Parrilli, por video conferencia se conectó con el Municipio de Lanús, donde el intendente era acompañado por la diputada Karina Nazabal; el senador José Pallares y los titulares de la financiera Eling S.A./Electroingenieria, O. Acosta y G. Ferreyra; y el director de Asuntos Corporativos, Barbera, para presentar el “Nuevo Valentín Alsina”, un descomunal barrio en terrenos de la “ex Campomar”.
La bochornosa noticia de la presidente fue que el estado ponía el dinero mediante créditos del “Bicentenario” -deuda externa- para construir 2.500 departamentos, en torres de 13 pisos. El negocio era íntegramente para el capital privado y sus gestores eran de la Corporación Puerto Madero.
Díaz Pérez pronunció estas funestas palabras que lo perseguirán de por vida: “Esta es una demostración clara de un gobierno nacional que planifica, organiza, interviene y se compromete con las necesidades de la población para articular acciones conjuntas con el capital privado y el estado municipal, como este emprendimiento que va a generar un alto impacto en Valentín Alsina, con un barrio espectacular, será una entrada a Lanús ejemplar, que va a generar muchas fuentes de trabajo para nuestros vecinos”.
Semejante noticia levantó polvareda y los concejales del FV de Lanús tuvieron que comprometerse en la Escuela Media 2 que el emprendimiento especulativo -que los ediles apoyaban y apoyan- no destruiría parte de la escuela. La desconfianza que producen los ediles motorizó a la comunidad educativa y también a la Comisión de Verdad y Justicia por Campomar que entendió que se mataban dos pájaros de un tiro con la construcción ya que se enterraría de ahora y para siempre el tenebroso pasado de la dictadura cívica, religiosa y militar que utilizó ese predio –parte del circuito Camps- como lugar de detención y tortura.
En 2014 las obras están paralizadas por la crisis económica K, pero los especuladores nunca determinaron el impacto ambiental que produce injertar 8.000 personas en un espacio público inundable y que reposa sobre una infraestructura de servicios -agua, gas, electricidad, cloacas, escuela, hospital, etcétera- obsoleta.
A metros del ex-mega emprendimiento el 11/11/2014 “por responsabilidad de la fábrica Mapar los vecinos de Darragueira, entre Remedios de Escaladas y Tuyutí, caminaron sobre grasa, con veredas embadurnadas y automóviles derrapando. Se cayeron personas y chocaron autos. Por el calor, la grasa se licuó y el olor fue nauseabundo”. (La Defensa).
La justicia no juzgará a los lavadores de dinero pero más temprano que tarde lo harán los trabajadores y vecinos estafados una y otra vez.
(*) Miembro del Partido Obrero