Los vecinos respiraron aliviados cuando esta mañana vieron llegar una cuadrilla para destapar la boca de tormenta de Marco Avellaneda y Libertad, pero después casi se caen de espaldas cuando los cuatro o cinco muchachos, vestidos con remeritas municipales, destapan el obstruido desagüe, ¡con un alambre! “Es una tragicomedia, es vergonzoso”, le señalaba Walter a La Defensa.
Y la pregunta del millón: ¿Donde están los camiones desobstructores costosísimos que la comuna adquirió no hace tanto?