lunes, 8 de septiembre de 2014

Periodismo opositor:sin límites en el campo de la estupidez

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

En su alocada carrera hacia las profundidades del cipayismo los lenguaraces de algunos medios, especialmente los que sirven a los medios de comunicaciónm adversos al gobierno, están desorientados. No encuentran la forma de entrarle al oficialismo. Cuando ya no les alcanza la crítica destructiva como parte de la oposición sistemática, procuran influir en las decisiones del kirchnerismo hasta de la manera más estúpida. En estos días, como si no hubiese temas más trascendentes, la vocinglería periodística está preocupada y ocupada en instalar candidaturas en el Frente para la Victoria.
En medio de las encuestas más disparatadas y de delirantes suposiciones barajan nombres e imaginan disputas que solo existen en el territorio de sus deseos. Sin dudas: es notorio que además de ser malintencionados, estos sirvientes de los monopolios de las comunicaciones demuestran su ignorancia respecto a como se resuelven ciertas cosas en el Movimiento Peronista Kirchnerista que hoy lidera Cristina Fernández.
El deporte verbal que se practica por estos días en programas radiales, televisivos y también en determinada prensa escrita es lanzar al aire nombres de posibles candidatos pronosticando probables deserciones, idas, vueltas y conspiraciones al por mayor. Con el afán de confundir, los charlatanes de todo pelaje pretenden encontrar puntos débiles en cada dirigente del kirchnerismo que por esas cosas de la política tenga más o menos exposición pública. En esta búsqueda de perlas negras, ropas interiores sucias y conductas aviesas no son pocos los que sin reparar en nada dicen enormes barbaridades.
Pueden ir desde mayúsculas fabulaciones relativas a estafas, negociados y otras yerbas hasta meterse en las percalinas de alguna hermosa jovencita de la farándula. En verdad, para
algunas primeras espadas del periodismo opositor no existen límites en el campo de la estupidez. No hay nada que hacer: los cagatintas nunca podrán entender que el peronismo -más aún ahora que ha incorporado al kirchnerismo como variante novedosa de avanzada- tiene una caparazón demasiado fuerte como para que lo penetren y afecten seriamente ciertos ataques mediáticos. No por casualidad es una creación auténtica del pueblo dotada de la fortaleza que poseen los grandes movimientos históricos.
A esta altura de la vida todo el mundo tendría que saber que al peronismo no le importa demasiado si un dirigente cruza de vereda o si alguien se acerca con intención de desviarlo del camino. El peronismo kirchnerista tiene las puertas abiertas para que entre o salga todo el mundo. Nadie será tan importante como para dejar en soledad o herido de muerte a un Movimiento integrado por millones de personas, con presencia en todo el país y alto reconocimiento a nivel internacional. Se trata de un Movimiento donde conviven, se aman y odian santos y demonios. Con dioses sucios , vírgenes prostitutas, espíritus elevados y almas excelsas. Con todas las contradicciones, luces y sombras del pueblo. Con la sagrada autenticidad de ese pueblo de carne y hueso que ríe, llora, goza y sufre. Por estas razones es que permanece y permanecerá en el centro de la escena política a través de los años. Verticalista pero con tanta horizontalidad que todo se discute en el adentro. Con peleadores incorregibles que casi siempre terminan sus peleas en un acto de amor para reproducirse. Por esta apasionada mezcolanza eminentemente popular fueron y serán del peronismo Marechal y Gatica, Hernández Arregui y Maradona, Carlos Mujica y Jorge Enea Spilimbergo, Leonardo Favio y los artesanos de las cooperativas, en definitiva creadores todos; Ignacio Copani y los pibes con sus bandas y sus pogos, Norberto Galasso y los militantes que garabatean volantes en las unidades básicas. Es en esa marea humana donde existen los que fuman puros  en Puerto Madero y otros sus chalas en los pueblos más humildes del interior profundo.
Desde afuera pueden inventar lo que quieran, difamar cuanto se les de la gana, intentar inutilmente que se tomen decisiones que no sean las que anhelan multitudes de compañeras y compañeros. Que hagan y digan lo que les parezca. Pero serán únicamente los peronistas kiirchneristas, sin tutelajes de ninguna naturaleza los que trazarán el rumbo y fijarán su agenda política.
Los candidatos serán los que elijan la mayoría de las compañeras y compañeros en las elecciones primarias de agosto. Podrán ser de izquierda, derecha, de arriba o de abajo. Seguramente serán peronistas...y felizmente kirchneristas.
Nadie tiene los éxitos asegurados. Así que habrá que prepararse para los encuentros democráticos del año próximo y las cosas se irán viendo con claridad a medida que se vayan cumpliendo los actos electorales. Esperamos que la interna del peronismo kirchnerista sea concurrida. Son muchos los aspirantes para cubrir las más altas responsabilidades y a cada uno de ellos le sobran condiciones para asumirlas. Entretanto hay que reflexionar colectivamente, proponer políticas públicas para el futuro, construir unidad e impulsar debates en el terreno de las ideas. Mientras seamos capaces de producir hechos que beneficien al pueblo y refuercen el proyecto nacional en marcha los enemigos que digan lo que quieran. Los difamadores terminarán ahogados en su propia saliva. Seguro.
  (*) De Iniciativa Socialista