Cada vez que la Municipalidad de Lanús recibe patrulleros, lo hace en medio de rimbombantes actos, a los que suele concurrir el gobernador, y en los que se promete que los móviles van a la calle “para seguridad de los vecinos”. Pero la realidad es otra: Así están los patrulleros, parados en el playón de la comuna desde el 5 de agosto, porque no hay dinero para instalarles las luces del techo a cada unidad.