por Lisandro Martínez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arLa política energética en Argentina ha sido siempre de aguda dependencia de los monopolios petroleros internacionales y la llevada adelante por lo menos en las últimas tres décadas por siete gobiernos de distinto signo ha sido de carácter ruinoso y en perjuicio de la población trabajadora.
En 1992 Menem privatizó YPF. Veinte años después la presidenta CFK anunció el envío al Congreso de un proyecto para expropiar el 51% del capital accionario de YPF. El proyecto fue ley el 3/5/2012, tomando el estado el control sobre la empresa.
En 2007 YPF había distribuido dividendos en efectivo a $6 por acción, en 2008 los dividendos en efectivo ascendieron a $23,61. En 2008/2010, con la aprobación de De Vido, YPF distribuyó en efectivo el 142% de sus ganancias, una verdadera malversación de una empresa que en esas instancias respondía al estado nacional. Para entender el nivel de manejos espurios y de vaciamiento hay que comparar que en esos años Chevron distribuyó ganancias por el 31%, Total 38%, Exxon 25%, Shell 45% y Petrobras 46%.
El 16/4/2012, CFK presentó un proyecto de ley bajo el pomposo título “De la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina”, para la estatización de YPF.
Hasta Lorenzino -un personaje de reparto que llegó a ser ministro de Economía- “refutó a Repsol y la responsabilizó por la caída en la producción de petróleo y gas”. (www.ellitoral.com 25/4/2012)
Desde la adquisición de YPF por Repsol en 1998 y hasta fines de 2011 la extracción de
petróleo cayó el 54% y la del gas el 97%. El 19/4/2012, el poder ejecutivo decretó la ampliación de la expropiación, incorporando a la empresa Repsol YPF Gas S.A., distribuidora de gas licuado envasado.
El vaciamiento de YPF se hizo con el beneplácito de Menem, De la Rúa, Duhalde y luego el gobierno autotitulado “nacional y popular” le hizo “el aguante” al vaciamiento durante 9 años.
Las reservas estimadas y probadas de petróleo en 1998 cuando ingresó Repsol eran de 1500 millones de barriles; en 2011 sólo quedaban 500 millones de barriles. No obstante esta conducta delictiva de Repsol, con Esquenazi (testaferro K) y el gobierno a través de De Vido, Repsol fue premiada con un “resarcimiento” mediante una cláusula que aún permanece en secreto y se le pagó una indemnización de u$s11 mil millones.
La caída de la producción de gas y petróleo por falta de inversiones fue apañada desde el PEN ya que fue el ministro De Vido quien autorizó la distribución excesiva de utilidades debilitando la inversión.
En 2008 “la crisis energética” provocada por Repsol y avalada por el gobierno tomó estado público y hubo que comenzar a importar gas, ¡más caro que el producido aquí y en Bolivia! Fueron 8 barcos en ese año y se calcula que en 2014 se llegarán a recibir en Bahía Blanca y Escobar 100 barcos. El incremento sostenido de importaciones señala que se perdió el autoabastecimiento energético y que no han servido los incentivos para incrementar la extracción de gas lanzados a principios de año. Las importaciones debilitan nuestra moneda ya que se reducen dia a dia las reservas de divisas del Banco Central; esto fue en parte lo que originó el llamado “cepo” cambiario.
Para entender la política de subsidios a los monopolios desarrollada por los Nac&Pop hay que revisar los acuerdos con “Profértil: La mitad de esa compañía que lidera la producción de fertilizantes nitrogenados en Sudamérica está en manos de YPF SA y la otra mitad es del grupo canadiense Agrium. Profértil es la principal productora de urea granulada, el fertilizante más utilizado en el país. El control de la firma sigue en manos de Repsol y la presidencia está a cargo de Agrium. Matías Eskenazi, hijo de Enrique, forma parte del directorio y la gerencia está a cargo de Daniel Peetarín, de Repsol” (www.lapoliticaonline 22/4/2012). Los barcos que llegan a Bahía descargan mayoritariamente el gas en Profértil. Los K subsidian el gas que utiliza Profértil como principal insumo.
Las empresas del polo petroquímico de Bahía Blanca aportaban en 2012 a la economía provincial $125 millones anuales y ganaron ¡¡$2.200 millones!!
La reconstitución de la burguesía de los K no es más que la transferencia de millones de u$s del trabajo nacional a los grandes monopolios.
En las dos últimas boletas de gas una parte importante de los laburantes del país fueron condenados con aumentos del 300 al 500%. Según el interventor del Enargas sólo se trata de una quita paulatina de subsidios que fuera anunciada por ministros e incluso por la presidenta de la nación.
El retiro de los subsidios a los usuarios domiciliarios es para continuar subsidiando a los grandes industriales, obligando a los pequeños consumidores a reducir el uso del gas. El interventor de Enargas, A. Pronsato, dijo “el ahorro de gas en las casas servirá para redistribuirlo en la industria y así ahorrar en importación de gas, y obtener más divisas”. ( www.ambito.com).
Pero las divisas el gobierno las usa no en beneficio del trabajador sino para el pago no soberano y sí entreguista de la deuda externa.
El aumento del gas a los usuarios domiciliarios es el resultado de la pésima política energética que lleva adelante el gobierno, apoyado por la oposición que saludó primero la entrega de YPF, luego la reestatización, más adelante el escandaloso pago a Repsol y ahora la entrega de Vaca Muerta. Todo este aluvión de malas y entregadoras políticas de las reservas naturales se hizo sin haber consultado alguna vez al pueblo, ni siquiera en las farsescas audiencias públicas.
Ahora el gobierno, siempre acompañado por la oposición, importa Gas de Nigeria -lo que además pone al Ebola como peligro latente en Argentina- todo el desmanejo constituye una verdadera vergüenza e improvisación. Han vaciado los recursos y han convertido la extranjerización de los recursos naturales en un fecundo negocio para el funcionariado de toda laya.
No corresponde que los ganapanes paguemos el fracaso de una política patronal. Que la crisis energética la paguen quienes se enriquecen con maniobras y manejos espurios.
Que comisiones de vecinos abran e investiguen los libros contables de las empresas de Gas de cada localidad y municipios; queremos saber como son los negociados.
El movimiento obrero y la izquierda deben intervenir en esta crisis política que pronto tomará ribetes mayúsculos. Convocamos a organizar en común el Congreso del 8 de noviembre en el Luna Park, sobre la base de un programa obrero de salida.
(*) Del PO