por Omar Dalponte*
omardalponte@gmail.comExisten sobrados motivos como para que podamos sentirnos optimistas. En política es muy bueno disfrutar los buenos momentos, pero tengamos en cuenta que es muy conveniente aprender a medir los entusiasmos. En este último tiempo venimos acumulando una serie de hechos altamente favorables. Veamos algunos: Los masivos actos de Ferrocarril Oeste organizado por el Movimiento Evita y el realizado en Argentinos Juniors por La Cámpora reunieron entre ambos cien mil personas. Las sucesivas presentaciones de la presidenta de la Nación durante las cuales hizo anuncios de gran trascendencia y procedió a la inauguración de obras importantes la pusieron a ella, por enésima vez, en el centro de la escena política. El desafío de Máximo Kirchner a los opositores exhortándolos a que disputen electoralmente con Cristina no hay que reducirlo a una simplificación inspirada en un escenario multitudinario. El joven patagónico sabe muy bien con que bueyes ara. Y es quien mejor conoce a la mujer que lo cobijó en sus entrañas en momentos de una brutal dictadura y lo amamantó en épocas de resistencia y sueños militantes. Hoy esa mujer es la timonel de la nave insignia. La aprobación con holgura de varias leyes en el Parlamento dejó con los pantalones caídos a Sergio Massa y a todos los artífices del no. El almuerzo de Cristina Fernández con el Papa, cuya fotografía recorrió todo el mundo, constituye un aguinaldo político que llega en el momento oportuno. Mas de uno (y de una) de Misa diaria, estará pensando en cambiar de religión. Sin lugar a dudas no son cosas menores para el haber de un gobierno que lleva doce años de gestión. Los pronósticos delirantes de la oposición se pulverizan frente al peso de los acontecimientos
pues, en lugar de padecer la debilidad mil veces anunciada mediante hemorrágicos discursos enemigos, a medida que pasan los días la administración kirchnerista adquiere mayor solidez.
Al principio hablamos de la conveniencia de medir los entusiasmos. Revisemos un poco esta idea. La movilización del pueblo peronista kirchnerista es fundamental. Junto a las propuestas de unidad, organización y elaboración de un programa integral de corto, mediano y largo plazo, constituye una de las patas sobre las cuales debe asentarse la acción política, social y económica del kirchnerismo. De manera que llenar plazas, calles y estadios ayuda muchísimo a consolidar el proyecto nacional y la conducción de Cristina. Esto lo hemos dicho infinidad de veces y estamos persuadidos que en esta materia lo que abunda no daña.
Lo que hay que tener en claro es que las concentraciones multitudinarias significan un gran aporte, pero no son suficientes para ganar una elección donde los votos se cuentan, -como comentamos en tantísimas oportunidades- por millones. Del mismo modo, tal cual lo dijo Máximo Kirchner, no hay apellidos milagrosos. Hay proyectos. Por lo tanto antes de imaginar candidaturas es bueno recorrer un camino cuyo punto primero de llegada es agosto de 2015. Por suerte, candidatos tenemos muchos. Para cubrir todos los cargos, del primero al último, habrá que pasar el filtro de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Mientras tanto es necesario trabajar el proyecto integral kirchnerista dentro del cual la tarea electoral tiene una relevancia especial. Sin triunfo electoral la continuación y/o aplicación de cualquier proyecto queda postergada. Es más: la oposición, en cualquiera de sus variantes, pretende destruir todas y cada una de las conquistas logradas en estos últimos años. De la victoria peronista kirchnerista depende la tranquilidad y progreso de los argentinos. Nada menos.
Los que venimos de las viejas luchas tenemos por delante una tarea magnífica. Contribuir con nuestra experiencia al crecimiento político de nuestra juventud y con toda humildad arrimar lo que ella necesite. Muchos de estos jóvenes ya tienen una formación excepcional que les permite ver con absoluta claridad la realidad nacional e internacional, idear y concretar las soluciones a los problemas de nuestro país. También existe una generación intermedia de hombres y mujeres brillantes que aún tienen mucho para producir en favor de la Argentina con inteligencia y madurez. Han de ser los trabajadores quienes, también y muy especialmente, jueguen un rol decisivo en las realizaciones presentes y futuras. Hoy la unidad del movimiento obrero organizado impulsada desde las bases obreras es imprescindible para este presente de intereses en pugna y como defensa de nuestra soberanía frente a las acechanzas del imperialismo y sus buitres. Evidentemente la participación de Máximo Kirchner en un acto de suma importancia como el realizado hace unos días en el barrio de La Paternal, ha producido un impacto político considerable. Máximo es un hombre joven adulto como tantos otros, con la particularidad de ser hijo de dos presidentes argentinos y seguramente testigo de mil conversaciones familiares de alto voltaje político. Tiene, como tantas otras personas comprometidas con nuestro país, todo un futuro por delante.
Como cierre de esta nota nos pareció interesante copiar textualmente algunos dichos de José Ottavis, vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, relativos al dirigente de La Cámpora: "Lo que nadie podía entender y lo que el sistema político no estaba acostumbrado a ver ni entendía era que el hijo de un presidente y una presidenta no sea ostentoso, caprichoso, y que sea un militante".
"A Máximo lo condenaron por cosas incondenables. Lo condenaron durante años porque no hablaba, porque iba a trabajar a su oficina todos los días, porque vivía en Río Gallegos, en definitiva lo condenaban porque no era como los hijos de los presidentes anteriores".
"La construcción política de Máximo es de todos los días hace muchísimos años y el acto del sábado 13 de septiembre de 2014 lo que hace es poner en valor todo lo que hizo antes. De acá para adelante hay dos opciones, retroceso o avance. En el retroceso están la derecha, los poderes concentrados, los multimedios con sus candidatos, sabemos que está Mauricio Macri y sabemos que está Sergio Massa. Del otro lado, el FpV va a tener un candidato a presidente o presidenta que proponga profundizar lo que venimos haciendo. Aparte de eso, nosotros tenemos el plus de decirle a la sociedad que tenemos una líder que va a ayudar a ese presidente y que va a seguir ayudando a este pueblo a estar cada vez mejor. Y esto no lo tiene nadie en la Argentina". Bueno...así son las cosas.
(*) De Iniciativa Socialista