Relataba el sanitarista que allí es “normal” que irrumpa gente armada, grupos de amigos y familiares de heridos. “Entran armados los heridos con los familiares y se meten hasta en los quirófanos”, decía.
Mientras una vecina decía que la zona, en la ribera, es “tierra de nadie”, el doctor Garnier contaba que “ayer llegó una nena de 7 años con una puñalada en el abdomen”, y recordaba que hacía dos meses había llegado a la UPA3, un joven de 17 años con 13 balazos.
No pasa en el Far West americano. Sucede en Lanús.