por Alejandro Chitrangulo
El 23 de septiembre dio inició la Cumbre mundial sobre el cambio climático. Se lleva a cabo en la sede de la ONU en la ciudad de Nueva York.La convocatoria de la ONU plantea que el cambio climático no es un problema lejano. Ya es una realidad, que tiene consecuencias evidentes en la vida de las personas, está creando trastornos en las economías nacionales por los que hoy estamos pagando un precio muy caro, y en el futuro pagaremos un precio aún mayor. Sin embargo, cada vez se reconoce más que en la actualidad disponemos de unas soluciones asequibles y ampliables que nos permitirán dar un gran salto cualitativo hacia unas economías más limpias y resilientes.
Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, lanzó una invitación a los dirigentes de todas las naciones de la tierra: «Les reto a venir a la cumbre con promesas audaces. La innovación, la ampliación, la cooperación y la ejecución de medidas concretas reducirán las emisiones y nos pondrán en el buen camino hacia la firma de un ambicioso acuerdo a través del proceso de la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático».
Los capitalistas, empresarios y políticos del mundo deben aprovechar la atención que recibirá la cumbre sobre el clima para demostrar que están dispuestos a detener el calentamiento global. Alrededor del mundo, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos comunes y corrientes demuestran haber entendido la urgencia del asunto: En muchas capitales, cientos de miles de personas tomaron las calles el pasado fin de semana para alertar sobre los peligros del calentamiento global y exigir que los gobiernos actúen en concordancia con esos riesgos.
El cambio climático es un cambio significativo y duradero de los patrones locales o globales
del clima. Las causas pueden ser naturales, como por ejemplo, variaciones en la energía que se recibe del Sol, erupciones volcánicas, circulación oceánica, procesos biológicos y otros factores. O puede ser causada por influencia antrópica (por las actividades humanas), como por ejemplo, a través de la emisión de CO2 y otros gases que atrapan calor. O alteración del uso de grandes extensiones de suelos que causan, finalmente, un calentamiento global.
El calentamiento global es un aumento de la temperatura de la atmósfera terrestre que se ha estado observando desde finales del siglo XIX. Se ha observado un aumento de aproximadamente 0.8 ºC desde que se realizan mediciones confiables, dos tercios de este aumento desde 1980. Hay una certeza del 90% (actualizada a 95% en el 2013) de que la causa del calentamiento es el aumento de gases de efecto invernadero que resultan de las actividades humanas como la quema de combustibles fósiles (carbón, gasolina, gas natural y petróleo) y la deforestación.
Los fenómenos meteorológicos extremos, las hambrunas, la escasez de agua potable y el crecimiento de los mares son algunas de las secuelas que los expertos atribuyen al calentamiento global. La gente ya está perdiendo los medios que posibilitan su subsistencia, sobre todo en las regiones más pobres de la Tierra. De ahí la importancia que se le da a decisiones como la de abandonar los combustibles fósiles y el desarrollo de fuentes de energías renovables; medidas indispensables para reducir la producción de dióxido de carbono. La tecnología está disponible. Según un estudio publicado hace pocos días, lo único que hace falta para dar un vuelco de 180 grados en materia de abastecimiento energético es voluntad política. Y esa voluntad política no debe verse frenada por el lobby de las empresas que comercializan energías fósiles.