por Omar Dalponte*
omardalponte@gmail.comNunca vamos a cuestionar un paro realizado por los trabajadores. Pero siempre nos reservaremos el derecho de señalar a ciertos dirigentes sindicales cuando estos, en lugar de defender los intereses de sus representados, se conviertan en cómplices de las patronales, lacayos de las clases dominantes y sirvientes del imperialismo.
Personalmente lamentamos el rol que vienen desempeñando los compañeros Moyano, Plaini, Schmid, Piumato, Micheli y algunos otros que, en tiempo pasado supieron estar junto al pueblo. Diferente es el caso de Luis Barrionuevo, un viejo alcahuete de los poderosos, despreciado por la sociedad y dueño de una larga trayectoria antidemocrática. Él mismo alguna vez se autocalificó de "recontraalcahuete" de Menem. Probablemente sea algo peor aún. Pero se trata de un personaje tan insignificante que no merece ser publicitado ni siquiera a través de la crítica. Llegará el día en que la conducción de su gremio será rescatada por trabajadores honorables para ser puesta al servicio de los gastronómicos. En muchos gremios la burocracia sindical ya está reculando de lo lindo.
El paro del día 28 de agosto no fue un éxito ni tampoco un estrepitoso fracaso. Fue, eso si, un paro que no causó los efectos esperados por quienes lo impulsaron. No por el hecho de que buena parte del transporte funcionara casi normalmente, sino porque una importante porción de trabajadores ha tomado conciencia que se pretende mandarlos a un callejón sin salida.
De esto, los dirigentes sindicales, los cuadros intermedios y naturalmente las bases obreras son plenamente conscientes y más temprano que tarde, sin abandonar los reclamos justos que consideren convenientes, deberán sentarse a dialogar con un gobierno que, como ninguno antes excepto en los turnos del general Perón, atendió y resolvió las necesidades de los trabajadores ocupados y desocupados.
Nosotros, desde la militancia política y social, sin caer en la tentación de la puteada fácil, tenemos la obligación de proponer e impulsar ese diálogo que, sin dudas, beneficiará al país
y contribuirá a recomponer la unidad del movimiento obrero, tan necesaria y valiosa para encaminar un proceso hacia la definitiva liberación nacional y social de nuestra Patria.
Esa unidad debe ser impulsada y propuesta sin eludir el debate en el seno de la clase trabajadora. Es inadmisible que haya cinco centrales sindicales cuando el país está siendo acosado por quienes manejan el imperio de las altas finanzas que, más que buitres, son los modernos conquistadores que a sangre, fuego y extorsiones en el campo de la economía y de la usura tiene la clara intención de esclavizar a países que, como la Argentina, poseen grandes reservas alimenticias y energéticas.
Podemos permitirnos muchas cosas menos ser estúpidos a la hora de construir unidad en defensa de los intereses nacionales. Podemos tolerar infinidad de procedimientos equivocados. Pero no podemos admitir que por mezquindad, maldad u otros fines inconfesables se favorezca a las apetencias del imperialismo y sus gerentes locales siendo funcionales mediante los ataques a nuestro gobierno democrático y popular.
El gobierno nacional tiene la posibilidad y seguramente el deseo de abrir canales de comunicación para un entendimiento con todas las representaciones obreras. Es más: resulta absolutamente necesario que se proceda en esa dirección. Veamos las cosas con claridad, seamos inteligentes y dejemos cualquier actitud de soberbia a un lado: necesitamos triunfar en las elecciones de 2015. Para esta batalla electoral, como en cualquier otra es imprescindible sumar fuerzas. Y nuestra fuerza principal reside en lo que siempre consideramos la columna vertebral del movimiento nacional: la clase trabajadora.
Las concentraciones militantes en el Patio de las Palmeras de la Casa de Gobierno nos llenan de emoción y hasta nos arrancan algúna lágrima. Ver tanta pasión, fervor juvenil y participación popular en verdad nos conmueve. Los sesudos análisis y recomendaciones de Carta Abierta ayudan a elevar nuestra cultura política. Pero ambas contribuciones -sin duda valiosísimas- son absolutamente insuficientes e intrascendentes si no se traducen en votos a la hora del comicio.
Concretamente hay que ampliar la base de sustentación electoral del Frente para la Victoria garantizando que no haya dispersiones de ningún tipo. Para lograr esto es conveniente sumar, no restar y disponerse a tender la mesa amplia y generosa de la unidad. Por su parte los muchachos que alguna vez fueron amigos y hoy están distanciados saben perfectamente que las cuerdas se pueden tensar hasta un punto. Hay una vieja frase alguna vez expresada contundentemente por Juan Perón que muchos dirigentes tienen (o deberían tener) muy en cuenta: "las masas marcharán con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes en la mano"
Independientemente de la discusión respecto al paro, sobre si fue más o menos importante, el pueblo mayoritariamente no vio con agrado que el mismo se efectuara en momentos que la presidenta se plantó frente a los denominados fondos buitres en defensa de nuestra soberanía.Si miramos los hechos con cierta objetividad convengamos que la imagen de la dirigencia sindical que produjo la medida de fuerza quedó bastante deteriorada y esto también lo advierten los jefes de los sindicatos. Ni que decir como quedó el humor en las carpas opositoras después de haber comprobado la reacción adversa al paro por gran parte de la sociedad que, además, sintió un profundo desagrado hacia no pocas figuras de la partidocracia tradicional.
En Lanús el sector kirchnerista agrupado en la Mesa Política y Social "Roberto Miguelez" de la cual forma parte el autor de esta columna, marcha hacia un encuentro que se llevará a cabo el día sábado 6 de septiembre. Dicho encuentro se realizará con formato de plenario mediante el funcionamiento de dos o tres mesas de trabajo coordinadas por diferentes compañeras y compañeros que ayudarán a facilitar los debates sobre actualidad local, nacional e internacional sin eludir el tema electoral. Al finalizar esta asamblea se procederá a la aprobación de un documento con carácter de declaración política.
Afortunadamente, de acuerdo a las respuestas recibidas hasta la fecha, se descuenta el éxito de este encuentro que ha sido decidido como contribución a la unidad, organización, movilización y propuestas programáticas del movimiento peronista kirchnerista. Sigamos avanzando.
(*) Miembro de Iniciativa Socialista