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lunes, 4 de agosto de 2014

La insolvencia de la burguesía nacional argentina

por Lisandro Martínez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar

   Once años después de venir a refundar a la burguesía nacional y pagar y pagar y pagar la deuda externa con sangre, sudor y lágrimas de los explotados, el gobierno entreguista se declaró insolvente. 
  Dos calificadoras de riesgo, Fitch y Standard Poor’s, bajaron la nota de la deuda del gobierno que se jactó de “pagador serial”. Pocas horas atrás se le atragantó el desayuno a CFK al conocer que la calificadora de China, Dagong Global Credit Rating también bajó la calificación considerando que Argentina “causó pérdidas materiales a los acreedores” (LPO 1/8/2014).
  La broma macabra para los K es que tejieron una ilusión sin sustento, una fábula cuyo epicentro era el lejano oriente, que operaría como varita mágica y  permitiría al revolucionario Randazzo remendar los ferrocarriles para que en apariencias se vieran renovados y al gobierno lograr el préstamo de u$s11.000 millones y pactar un swap: un contrato por el cual China y Argentina se comprometían a una serie de transacciones en fechas futuras. Esto aparece como fracturado. El salvavidas chino para enfrentar los efectos de la declaración de insolvencia parece haberse pinchado antes de tocar el agua.
  El gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, dijo: “Si nuestro país entra en default técnico, los bancos se van a ver imposibilitados de prestar el dinero”. Entonces la obra pública en
general se detendría como también la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic cuyo presupuesto es de u$s 5.000 millones.
  El “default” que es un asunto meramente económico es sin embargo un acelerador de la crisis política que se torna inmanejable por la ausencia de un plan económico que enfrente a la sequia económica impuesta.
  El 29/7/2014 www.infonews.com  informó: “Un grupo de bancos nacionales, enrolados en la Asociación de Bancos de Argentina propondrá hoy comprar la deuda en manos de los fondos buitre para tratar de resolver el conflicto que la Argentina mantiene con los holdouts. La versión más fuerte indicaba ayer que ADEBA, entidad que encabeza el titular del Banco Macro, Jorge Brito, envió una delegación para presentarle a Pollack, el mediador designado por el juez Griesa, una propuesta para anticipar u$s 250 millones de los u$s 1.500 millones que Argentina le debe a los fondos NML Capital y Aurelius”. 
  Los fraudulentos pensaron que una oferta del estado podría volverse contra el gobierno por violar la clausula Rufo y habría juicios para obtener una sentencia favorable y pedir el 100% de la deuda original. Pero si quien realizara la proposición es un privado independiente, sería una transacción libre de dudas.  
  Esta “viveza criolla” fue celebrada por “los aplaudidores” durante las pocas horas que duró en pie –especialmente Tiempo Argentino- que festejan cualquier truculencia que se le ocurra a la dirección Nac&Pop. 
  Que los bancos “nacionales”, que ganaron cifras escandalosas el último año (Macro $ 2.443.600 millones, el Grupo Financiero Galicia que reportó un fuerte incremento interanual del 70,3%), pudiesen comprar la deuda de los fondos buitre, está verde y si ocurriera impondrían “el corralito” para utilizar los depósitos de los ahorristas.
   Además de ser la privatización del manejo soberano de las finanzas públicas se daría luz verde a dos grupos de saqueadores que son parte de los tenedores de bonos de la deuda y que actuaron inescrupulosamente durante la crisis del 2001 fugando divisas al exterior. En el caso de Escasany fue incluso televisado en vivo cuando una fila de camiones de caudales, por encargo del banquero, hacía cola en el aeropuerto para despachar la guita al paraíso financiero de la República Oriental del Uruguay. Entre los elementos más nuevos del prontuario de Britos, fue socio de Boudou/Cristina en el intento de privatizar la impresión de dinero y documentación –un negocio multimillonario- a través de la expropiación de Ciccone.
  Si la deuda la compran “los extranjeros”, por ejemplo la banca JP Morgan que ya compró u$s 200 millones de bonos de Repsol, Goldman Sachs, Citibank, o HSBC, la catadura moral de “los depostadores de la patria” es la misma sumada a que el gobierno que sobreviva estaría bajo las directivas y con órdenes precisas de la banca extranjera. Prácticamente se habría licuado la soberanía política y económica, es decir que Argentina como país ingresaría al status jurídico y político de “protectorado de los bancos”, una dictadura de “vagos y mal entretenidos” como los caracterizaría el autor del folletín Juan Moreira.  
  En términos prácticos, cualquiera sea el acuerdo con los buitres el mismo será de carácter rabiosamente capitalista y por lo tanto extremadamente antiobrero, cuyo fin es que la crisis la paguen las clases populares. 
  El acuerdo con los buitres aumentará en forma extraordinaria la deuda que ya ha superado los u$s 250.000 millones y crecía -antes del default- a razón de u$s 15.000 millones por año. El acuerdo vendrá con devaluación incluida ya el gobierno de Scioli se afila la garra que le queda y ha propuesto a través del presidente del Bapro, Gustavo Marangoni, la necesidad de que el Banco Central ponga en circulación billetes de $ 200 o $ 500.
  “Desde hace 200 años -dice el Wall Street Journal- se contabilizan unas 1.250 cesaciones de pago; los analistas dicen que es inherente a la económica capitalista”.
  El oficialismo y la oposición política, que utilizan los medios de comunicación para embrutecernos vociferando: “Hay que honrar las deudas”. Y “los países serios siempre cumplen”, ocultan que nuestros “patrones” desde 1810 a la fecha (Gran Bretaña y EEUU), se han cansado de desconocer pactos, acuerdos y su propia deuda cada vez que entraron en crisis, con el subrayado que EEUU tiene una deuda pública de más de u$s 18 billones (www.politics.ie/forum/economy); esto señala que la verdadera insolvencia viene de la mano de los acreedores. 
  La deuda de EEUU es imparable e inmanejable porque sigue una tendencia exponencial producto de la magia del “interés compuesto”, que tiene un impacto poderosamente destructivo en la economía. (www.elblogsalmon.com)
   Los K y la oposición quieren que se pague porque sus mandantes tienen bonos a cobrar, es decir son acreedores del pueblo argentino y quieren ejecutar la deuda trucha. 
La única salida positiva para el pueblo trabajador y para el desarrollo del país es repudiar la deuda por ilegal e ilegítima.
  (*) Del Partido Obrero