Allí el disertante destacó en primer lugar “la matriz insumo-dependiente de la estructura productiva argentina, que obliga y somete a ésta última a un permanente endeudamiento externo y a la dependencia tecnológica extranjera, la reticencia inversora y la tendencia rentista de la burguesía argentina, la concentración y extranjerización económica producida en las últimas décadas, los “cuellos de botella” que experimentan sectores claves como energía, infraestructura, etcétera, la caída de la recuperación industrial a partir del año 2007 y el posterior estancamiento productivo, la carencia de una política industrial de largo aliento, la dependencia de la producción y venta de soja (sin valor agregado) como fuente de ingreso de divisas externas y la inflación”.
