lunes, 14 de julio de 2014

La ley de la omertà en el Oncológico

Juana de 70 años es paciente del Instituto Oncológico de Lanús. Sufre cáncer de colon y desde hace unos años debe someterse cada seis meses a un análisis denominado "marcador tumoral". Cuando la semana pasada fue a solicitar el turno para hacérselo, se lo dieron para el mes de septiembre. El último análisis se lo realizó en el mes de enero. Cuando les recordó esto la respuesta del hospital fue que “faltan insumos”, por eso el retraso. 
El martes 1 por la mañana cuando Juana estaba gestionando su turno, se escuchó un estruendo en el hall del oncológico: ¡Se había desplomado el ascensor con el director del instituto adentro! El hombre, Eduardo Diez, salió golpeado y aturdido delante de empleados, pacientes y familiares, pero de lo único que se preocupaba era de que esto no se supiera. No quiso llamar ni a los bomberos, y calladito se metió en su oficina.