por Omar Dalponte
omardalponte@gmail.comEl juez de Estados Unidos, Thomas Griesa, armó un berenjenal del cual, al final, va a salir con más de un rasguño. El imperialismo, más temprano que tarde lo va a tirar al rincón de los desperdicios por la sencilla razón de que no puede seguir bancando a un viejo extraviado que, con sus caprichos, llevará a un callejón sin salida a los usureros. De seguir las cosas así, los carroñeros se quedarán sin el pan y sin la torta y estos tipos, cuando la plata se le va de las manos, no vacilan en sacarse de encima los abrojos. Con las medidas adoptadas por este juez los buitres van a perder. Evidentemente, sectores ultra reaccionarios de EE.UU que el juez Griesa representa como ninguno, acostumbrados a meterse con total impunidad en nuestra vida para someternos hoy advierten que no somos el país débil cuyas riquezas el neoliberalismo entregaba graciosamente a los poderosos en tiempos de las dictaduras, de De la Rúa y de Menem. Hoy Argentina está de pie y al frente hay una presidenta que no cederá un tranco a las pretensiones de los fondos buitres y a las imposiciones de ninguna potencia . Es más: Argentina emergerá de esta situación mucho más fortalecida y Cristina Fernández afianzará su liderazgo aquí y en el plano internacional. El imperialismo yanqui no es estúpido, sabe muy bien que la acción de Griesa ha logrado que medio mundo se solidarice con la República Argentina y que gracias a este juez el desprestigio de su país a crecido en grado superlativo de la misma forma que aumentó el odio que históricamente sienten hacia Estados Unidos los pueblos postergados. De manera que si la biología no hace su trabajo la política hará el suyo. No olvidemos que Thomas Griesa ha pasado los ochenta y que informaciones recibidas recientemente aseguran que tiene serias limitaciones para razonar y notorios síntomas de insania. Es probable que muchos de nosotros veamos su muerte civil y
física dentro de no mucho tiempo. Sin duda será un acontecimiento para celebrar.
La pelea contra los fondos buitres, con toda su carga de problemas que por supuesto no ignoramos, no deja de ser, de alguna manera, una pelota picando en el área contraria para que nuestro gobierno la emboque de volea.
En la actualidad, la firmeza conque el gobierno nacional se plantó en la discusión con los buitres y sus cómplices es reconocida dentro y fuera de nuestro país. En verdad, a la presidenta, a pesar de los tragos amargos y de las preocupaciones que trae aparejadas, esta lucha le ha venido como anillo al dedo. Para amigos y enemigos la presencia de Cristina al frente del gobierno ahora es imprescindible. Los amigos, quienes adherimos al kirchnerismo en forma total e incondicional, confiamos plenamente en la capacidad y el coraje de Cristina para superar este momento. Además reconocemos en ella a la jefatura indiscutida del proyecto nacional y popular que, para disgusto de algunos, seguirá ejerciendo más allá de los momentos electorales y de los ataques opositores. A los enemigos que se revuelcan en el barro de la política partidaria menuda, ni se les ocurre un escenario sin Cristina porque ahora el pueblo no les permitiría apelar al único recurso que tienen a mano: bajarse los pantalones ante el imperio como lo hicieron tantas otras veces. Por su parte, los enemigos realmente importantes, que son quienes tienen poder de decisión en los grandes grupos concentrados de las comunicaciones, la economía y de las finanzas, en definitiva los titiriteros de los políticos tradicionales, esperaban una rendición absoluta frente a la usura internacional pero ahora comprueban, una vez más, que el peronismo kirchnerista en defensa de los intereses del pueblo es mucho más fuerte de lo que alguna vez imaginaron.
El Braden o Perón de 1945/46 hoy se actualiza en Patria o Buitres y se instala en medio del escenario político nacional una opción de hierro: continuidad del kirchnerismo para profundizar el proyecto nacional o retorno a las políticas de entrega que en el pasado no tan lejano hundieron a la Argentina.
El gobierno nacional con Cristina a la cabeza nunca dejó de fijar la agenda política y en estos momentos, en medio de la arremetida contra los buitres, aceleró su acción y día tras día produce hechos que deja a varios cuerpos de distancia a la oposición. Sólo basta con recorrer las crónicas de los últimos dos meses para comprobar la cantidad de obras realizadas y las iniciadas para concretar en un futuro cercano. La oposición vive pendiente de encuestas que hacen agua por todos lados y lo que aparece como más probable es que quienes tienen mayores posibilidades de enfrentar electoralmente al kirchnerismo en 2015, disputando entre ellos el mismo espacio "antiK", son Mauricio Macri y Sergio Massa. Salvo que al final se unan en un frente común el ir separados los coloca en una situación de debilidad electoral. El rejunte que integran los radicales Cobos y Sanz, los "socialistas" de Hermes Binner y otras expresiones menores como las que corresponden a Fernando Solanas y Elisa Carrió no tiene ninguna chance. Sinceramente se trata de un conjunto de políticos perimidos que en su afán por atacar groseramente al gobierno han perdido la dignidad quedando sepultados en las cloacas de la politiquería.
Macri y Massa representan a la derecha y sus propuestas no contemplan las necesidades de la gran mayoría del pueblo. Seguramente se habrán ilusionado con mantener el voto de espíritu cacerolero captado en 2013, pero el paso del tiempo ha demostrado que las promesas efectuadas antes de las elecciones pasadas no fueron cumplidas y -especialmente Massa- no pasó de algún hecho pirotécnico como la de oponerse a la modificación del Código Penal, cosa que ya quedó en el olvido sin haber gravitado para nada en la opinión pública. Cuando la carrera es larga resulta difícil mantenerse en la punta hasta el final. En política, postularse con demasiada anticipación, si bien permite instalarse en el escenario, lo más probable es que produzca un desgaste que puede ser fatal a la hora de las definiciones.
El kirchnerismo tiene la ventaja de contar con varios candidatos y eso mantendrá viva la expectativa por lo menos hasta mayo o junio del año próximo. O sea que aún hay por delante diez meses o un poco más para que el candidato o candidata definitivo pueda sembrar en tierra correctamente arada.
En Lanús con características diferentes a las nacionales o provinciales también han salido al ruedo distintas candidaturas. Está bien que cada quien tenga derecho a proponerse para lo que crea estar capacitado. Pero convengamos que en nuestro pago chico algunas aspiraciones son un tanto desmedidas. Las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) permitirán ubicar las piezas en los casilleros adecuados. Para que esto ocurra hay que esperar hasta agosto de 2015.
(*) De Iniciativa Socialista