Informe Económico Semanal del Banco Ciudad
La última semana fue corta, pero intensa, en materia de novedades económicas.El día lunes, la Corte Suprema de Estados Unidos finalmente anunció que no trataría el caso de los holdouts contra Argentina, dejando en firme los fallos de primera y segunda instancia que obligan a pagar a un grupo de fondos litigantes USD 1.330 millones, los cuales de extenderse al resto de los tenedores de bonos en default elevaría el pasivo a USD 15.000 millones. La Corte llegaba con tres opciones: tomar el caso, rechazarlo o pedir opinión al gobierno de EE.UU., estirando un desenlace para 2015. El gobierno y parte del mercado apostaban por la tercera opción, de manera que la decisión del tribunal sorprendió, golpeando a bonos, acciones y el dólar paralelo.
Ese mismo día, en un mensaje de la Presidenta por cadena nacional, se criticó con dureza la decisión de la Justicia norteamericana, pero se dejó abierta (implícitamente) la puerta a una negociación. Esto fue percibido por los mercados, que durante el martes moderaron su deterioro, a la espera del discurso que terminaría dando ese mismo día el Ministro de Economía, en el cual si bien se agitaba el fantasma de un cambio en la jurisdicción de pago de los bonos que ingresaron a los canjes de los años 2005 y 2010, simultáneamente se instruía a los abogados del gobierno en Nueva York a asistir a la audiencia fijada por el Juez Griesa para el día siguiente, para escuchar la propuesta del magistrado.
El miércoles, los abogados del gobierno en Nueva York dejaron trascender que Argentina se aprestaba a negociar y que enviaría una comitiva oficial la semana próxima, a la vez que, en Buenos Aires, el Ministro de Economía, junto con otros miembros del gabinete, mantenían una reunión en el Congreso con legisladores de la oposición, en la que manifestaron la decisión de acatar el fallo, no caer en default y negociar dentro de sus estrechos márgenes de maniobra.
Ahora bien, tras las críticas del Juez a los dichos de los funcionarios oficiales y el levantamiento de la medida de no innovar (stay) que pesaba sobre los fallos en favor de los holdouts, ayer a última hora el Ministerio de Economía emitió un comunicado en el que señaló que el levantamiento de la medida cautelar demuestra la inexistencia de voluntad de
negociación e imposibilita el pago del próximo vencimiento de deuda, previsto para el 30 de junio en Nueva York, dejando al país al borde de un nuevo default. En el mismo sentido, hoy por la mañana, el Jefe de Gabinete confirmó que se avanzaría en el cambio de jurisdicción en caso de no obtenerse un nuevo “stay” y que, por el momento, no está previsto enviar representantes del gobierno a negociar con los holdouts.
A nuestro entender, estos últimos movimientos parecen estar destinados a fortalecer la posición negociadora de Argentina, aunque a riesgo de complicar seriamente la resolución del conflicto. Actualmente, la mejor de las opciones es negociar. Tanto para los fondos litigantes, como para Argentina, es extremadamente costosa una solución de esquina. Obviamente, Argentina no está en condiciones de pagar en efectivo, a la vez que si el gobierno patea el tablero y avanza en un cambio de jurisdicción, ingresando en un default técnico de la deuda reestructurada, no sólo las consecuencias para el país serían extremadamente costosas, sino que la sentencia que hoy tienen los fondos buitre a su favor perdería todo valor. Una solución intermedia, en la cual Argentina paga con bonos, al igual que en el caso Repsol, luce como la opción más viable. La pelota está del lado del gobierno. Esperemos que no la pinche.