por Omar Dalponte
omardalponte@gmail.comPara propios y extraños es bueno comentar algunas cosas. Comencemos diciendo que, respecto a quien será el candidato a presidente de la Nación por el Frente para la Victoria en las elecciones del año que viene es difícil arriesgar pronósticos. Algunos, tal vez muchos, de adentro y de afuera del kirchnerismo no pueden evitar cierta ansiedad, barajan nombres, se preocupan demasiado cuando aún falta bastante para las distintas instancias electorales y se alegran o amargan con la lectura de encuestas que, en verdad, no tienen ningún valor porque en la mayoría de los casos se trata de anticipos interesados, falsos o, como mínimo, realizados sin ninguna idoneidad.
A veces estas "encuestas" falsas se utilizan groseramente con la intención de formar opinión o creyendo que pueden influir para desgastar a tal o cual posible candidato a quien no se quiere. O también para favorecer a determinado personaje de moda con la intención de sacar alguna tajada a futuro. Estas cosas forman parte, ya no de las zonceras, sino de las estupideces argentinas dentro de las cuales ocupan un lugar casi privilegiado cierto "periodismo" y ciertos "periodistas" que andan por la vida como mascaritas en un corso a contramano... de la Historia.
Con permiso de los lectores, en lugar de extendernos en cuestiones absolutamente menores, preferimos pensar en voz alta y aventurar un par de opiniones respecto a particulares aspectos de la actualidad nacional. Al margen de cualquier nombre, lo que hoy ocupa un lugar central en la política argentina es sin ninguna duda el kirchnerismo. Esta expresión política a la que adherimos sin hesitar millones de argentinos y que indiscutiblemente ha logrado un notable nivel de desarrollo, ocupa un espacio importante en la escena nacional con capacidad
de movilización, un haber más que interesante de mujeres y hombres que se sienten parte de esta experiencia capaz de afrontar todos los desafíos del presente y, aunque se trata de un fenómeno político que se puede explicar racionalmente, es innegable que está impregnado por una mística que remite a los mejores momentos del Peronismo.
De manera que, al margen de cualquier denominación, se puede afirmar casi sin riesgos que el kirchnerismo, como versión actualizada del Peronismo, tiene todas las posibilidades de ser una parcialidad política de larga duración como continuación ampliada y mejorada del Movimiento nacido en 1945. A la oposición, en cualquiera de sus variantes, hasta ahora no le han salido bien ciertas maniobras ni algunos de sus más caros anhelos se han cumplido. Después de 2013, por los resultados electorales que no fueron favorables al kirchnerismo en varias provincias, entre ellas la de Buenos Aires, se especuló fuertemente con que de allí en adelante se podría vapulear a un gobierno débil que estaría lesionado por aquello del "pato rengo", expresión de la jerga política de EE.UU ("lame duck") con la cual se denomina a los gobernantes que un par de años antes de terminar su mandato, al no poder ser reelegidos, sufren una significativa pérdida de poder. No es el caso de Cristina Fernández, que todos los días sorprende con realizaciones de peso desde una posición de poder tan consolidada como el primer día en que inició su gestión. Por eso mismo la oposición, con su carga de odio e impotencia, redobla sus ataques de manera demencial. En 2015, las elecciones primarias de agosto y las generales de octubre permitirán el inicio de una nueva etapa que de ninguna manera será regresiva porque el pueblo, mayoritariamente, no permitirá aniquilar un proceso de inclusión, de ampliación de derechos y de recuperación de la dignidad nacional como el iniciado en 2003. Respecto a esto, este cronista no tiene ni la más mínima duda.
El kirchnerismo -eso sí- deberá asumir la gran responsabilidad de elegir a los candidatos que tendrán a su cargo la continuación y profundización del proyecto nacional y popular en marcha. Y en el caso del candidato a presidente de la Nación habrá que elegir a una persona con grandes condiciones para el cargo porque, va de suyo que después de los turnos de estadistas del nivel de Néstor Kirchner y Cristina, la calidad personal y la preparación del futuro primer mandatario deben ser de excelencia.
Un escenario -muy probable- del Frente para la Victoria triunfante en 2015 estará instalado en una realidad diferente a la de hoy por el hecho de que el kirchnerismo tendrá un presidente en ejercicio con la plenitud de su autoridad y una conducción estratégica del Movimiento a cargo de Cristina Fernández. ¿Será, en el futuro, la actual presidenta, una embajadora de lujo para ayudar a sostener el prestigio internacional ganado durante esta década pasada? ¿Y si fuese convocada para ocupar, en algún momento, la secretaría general de la O.N.U?. No son pocas las personalidades de países hermanos que barruntan en relación a esta posibilidad.
Por ahora, lo que podemos ver y comprobar, alejándonos de afiebradas y tempranas especulaciones, es que varios compañeros kirchneristas se han colocado en la línea de largada hacia las PASO de agosto del año próximo. Inclusive algunos nombres, además de los registrados en esta nota, pueden prenderse en la disputa democrática y cuentan sus porotos para ver que hacen cuando tengan las barajas en sus manos. ¿Hombres como Rafél Bielsa, mujeres como Mercedes Marcó del Pont y tantos otros y otras con notable capacidad, honestidad y experiencia que, por fortuna abundan en el kirchnerismo, no andarán con ganas de dar su presente?.
Pensar, hablar, procurar unidad del peronismo sin exclusiones buscando comunes denominadores, estrechar lazos de amistad y militancia con nuestros aliados, ayudar a abrir camino a la juventud que activa muy positivamente en las distintas corrientes kirchneristas, tender puentes hacia el movimiento obrero organizado e intercambiar inquietudes con los movimientos sociales y distintas organizaciones populares para el triunfo del kirchnerismo, forma parte de la gran tarea que muchos tenemos por delante. Por suerte ya lo estamos haciendo con el mayor de los gustos. Es necesario seguir haciéndolo cada día con mayor intensidad porque en esto se juega el destino de la Patria.
(*) Miembro de Iniciativa Socialista