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domingo, 4 de mayo de 2014

El futuro del ojo biónico

por Alejandro Chitrángulo  

La ciencia medica no deja de sorprendernos, creando y descubriendo continuamente técnicas que mejoran la calidad de vida, ahora es el turno de los no videntes y algunos científicos de distintos centros de investigación de todo el mundo ya afirman que han creado el ojo biónico.
En la Conferencia anual del Instituto Real nacional para Ciegos de Londres, un científico de Estados Unidos anuncio que inventó un ojo biónico que permite “ver” a los ciegos. El invento del profesor Gislin Dagnelie, de la Universidad John Hopkins de Baltimore (Estados Unidos), incluye un chip de computadora que se introduce detrás del ojo humano y que está vinculado a una cámara de mini-video puesta en los lentes de la persona. Las imágenes capturadas por la cámara son emitidas a través del sofisticado sistema del microchip, que las traduce a impulsos que el cerebro puede interpretar como imágenes. 
Ese hallazgo sin precedentes podrá beneficiar a pacientes con la causa más común de ceguera, degeneración macular, que afecta, solamente en Gran Bretaña a unas 500.000 personas.

Otros descubrimientos                                                                   

Por otra parte, a finales del 2003, el doctor Alan Chow oftalmólogo de la empresa Optobionics, con sede en Wheaton, Illinois realizo un estudio sobre seis pacientes ciegos a quienes les implanto un microprocesador  bajo la retina que les permitió percibir de nuevo la luz y en algunos casos distinguir formas. El implante está constituido por un microprocesador de la talla de una cabeza de alfiler que comprende 3.500 fotopilas convirtiendo la luz en señal eléctrica enviada al cerebro por el nervio óptico. Las seis personas que recibieron el implante
tuvieron una mejoría sustancial de su vista, según los resultados de los exámenes clínicos, anunciados dos años después del implante de estos microprocesadores bajo la retina de pacientes afectados de retina pigmentada. El método, presentado por el doctor Chow, consiste en efectuar tres pequeñas incisiones en el blanco del ojo, que permita aspirar el cuerpo vidrioso y reemplazarlo por una solución salina para mantener la presión interna del ojo.                                                                             El cirujano practica de inmediato una cirugía en la retina, abriéndola, a través de la cual inyecta también una solución salina para despegar la retina del fondo del ojo y crear un pequeño espacio donde se inserta el microprocesador. Luego introduce en la parte central del ojo, lo que fuerza a la retina a recubrir el implante. La operación dura unas dos horas y puede ser ambulatoria. Ningún rechazo ni infección fue detectada durante los dos años de pruebas. Sin embargo, la durabilidad y la fiabilidad a largo plazo del método llamado Artificial Silicon Retina no se conoce todavía. 

La NASA también investiga

Un equipo de investigadores del Centro de Vacío Espacial Epitáxico, de Houston, en Estados Unidos, está llevando a cabo un proyecto de investigación con pequeñas películas fotosensibles de cerámica que reaccionan a la luz en forma parecida a como lo hacen los receptores de la retina.                                              
  El Centro de Vacío Espacial Epitáxico es un centro comercial espacial patrocinado por la NASA. los investigadores aplican conocimientos obtenidos en experimentos realizados en el espacio para desarrollar mejores láseres, fotoceldas y películas delgadas, tecnologías con posibilidades médicas y científicas.            
  Según ha informado la NASA, los expertos esperan que combinaciones de este tipo de películas podrían ser implantadas en ojos humanos para recobrar la visión perdida. El doctor Ignatiev, director del citado centro, ha explicado que hay algunas enfermedades donde los sensores del ojo, los bastones y conos, se han deteriorado, “pero todo el cableado está aún en su lugar. En esos casos estas delgadas películas sensibles de cerámica podrían servir como sustitutos para los bastones y conos deteriorados”. Los expertos apuntan que el resultado sería un ojo biónico.                                                     
  Ignatiev ha señalado que científicos de la Universidad Johns Hopkins, del Instituto Tecnológico de Massachussets y de otras instituciones ya han intentado crear dispositivos artificiales similares. La mayor parte de ellos se basaban en fotodetectores de silicio. Pero el silicio es tóxico para el organismo y reacciona desfavorablemente con los fluidos del ojo. “Estamos realizando pruebas preliminares con detectores de cerámica para estar seguros de la biocompatibilidad, y parecen ser completamente estables. En otras palabras, el detector no se deteriora y tampoco lo hace el ojo”, ha explicado.
La tecnología del microchip podrá, en el futuro, restaurar la visión de los pacientes con enfermedad retiniana externa, como retinitis pigmentosa, o degeneración macular asociada a la edad.