Hoy, CALSA emitió un comunicado -que envió a La Defensa- sobre el conflicto con los trabajadores de su planta de Lanús, conflicto que califica de “violento”, del que culpa a un grupo minoritario, y sostiene que pone en riesgo una inversión de 30 millones de dólares prevista para los próximos años.
Este ese el texto completo del comunicado:
“El lunes 26 de mayo del presente año, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires decretó una nueva conciliación obligatoria por 15 días hábiles para CALSA y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de la Provincia de Buenos Aires (STIAPBA), reincorporando a 40 trabajadores despedidos y licenciando de prestar tareas a otros 20. CALSA acató dicha instancia. No así el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de la Provincia de Buenos Aires (STIA), que continúa con la medida de fuerza que afecta la producción de la planta, atenta contra la fuente laboral de los trabajadores no implicados en el conflicto y altera la paz social.
“En este sentido, y desde el 30 de abril de 2014, un grupo minoritario de trabajadores continúa llevando adelante un bloqueo total de las instalaciones de la planta, con constantes hechos de violencia física y verbal y daños materiales, poniendo en riesgo a sus propios compañeros que manifestaron la intención de trabajar con normalidad. Esta conducta es rechazada por la empresa por considerarla desmedida e ilegal. Cabe destacar que frente al incumplimiento sistemático, por parte de los empleados cesanteados, de todas las resoluciones judiciales que ordenaron el cese de los bloqueos y las agresiones, CALSA ha radicado diversas denuncias ante la justicia criminal y se encuentra a la espera de una resolución, por parte de las autoridades pertinentes, que garantice la integridad física de los
empleados de la empresa, proveedores y clientes, y preserve su libertad de trabajo.
“El inicio del conflicto, con ribetes violentos e intimidantes, data desde el 30 de enero de 2014 y se originó como consecuencia de tres despidos que obedecieron a causas disciplinarias y de falta de actitud laboral, no obstante haber abonado la compañía el 100% de las indemnizaciones legales correspondientes. Ante el agravamiento del conflicto y debido a distintas conductas ilegales cometidas por un grupo de empleados que inició una medida de fuerza, la empresa realizó nuevas desvinculaciones.
“Esta situación no ha sido querida ni buscada por la empresa. CALSA es una compañía abierta al diálogo, que escucha los pedidos de sus trabajadores siempre que éstos se produzcan dentro de un cauce de normalidad, cuando las demandas sean razonables y no atenten contra la seguridad de los trabajadores y el desarrollo del negocio. Es de destacar, asimismo, que este proceso no sólo atenta contra la preservación de la fuente de trabajo sino que pone en riesgo un plan de inversiones por U$S 30 millones de dólares que CALSA tiene planeado para los próximos tres años, y cuya ejecución ya había comenzado.
“CALSA es una compañía líder, centrada en el negocio de la panificación: levaduras, grasas y margarinas, con más de 90 años de trayectoria en la Argentina”.