por Alejandro Chitrangulo
Desde tiempos inmemoriales el hombre se empeña en la búsqueda de la fuente de la eterna juventud. En el comienzo fue la magia, luego pócimas secretas de algunos alquimistas, hoy la seriedad de la ciencia nos brinda algunos métodos que nos pueden ayudar a sentirnos un poco mas jóvenes.La Celuloterapia es un método terapéutico médico que es poco difundido, pero no novedoso.
Se practica desde 1931, tras el descubrimiento de su acción por el Prof. Paul Niehans (Suiza) y se basa en el empleo de células fetales o de animales jóvenes (donantes), que son aplicadas mediante una inyección intramuscular al receptor. En la actualidad se calculan en unos 8 millones de pacientes en todo el mundo, los que ya fueron tratados con esta técnica, siendo muy difundida en Alemania, Austria, Suiza, España y ahora en Argentina. Niehans, alcanzo gran notoriedad cuando, ante la impotencia del cuerpo médico papal fue convocado para atender al Papa Pío XII, ya prácticamente agonizante. El científico, vivió en la habitación continua a la papal y lo recuperó en solo 6 meses (diciembre de 1954); Pío XII vivió 4 años más en lucidez y vitalidad. Niehans también medicó al Emperador Hirohito, al Maharajá de Bombay y a miles de ricos y famosos. Era el dueño de la aún muy afamada “Clinic La Prairie” en Suiza.
Buenos resultados
La acción terapéutica de este método es fundamentalmente de “Revitalización” de tejidos, glándulas u órganos similares a los inyectados. Por eso se dice que su acción es “organoespecífica”, o sea concentrada en el tejido-glándula-órgano homónimo del receptor. Revitalizar, en la biología moderna se entiende como poder lograr que un tejido, glándula u órgano funcione como en épocas anteriores a su estado en el momento de la terapéutica, y
por un tiempo aceptablemente prolongado.
Esto no implica mayor plazo de vida, sino un funcionamiento como en años anteriores. Lo que permite deducir que el mejor funcionamiento ofrece mayores y mejores expectativas de sobrevida. La mayor utilidad la podemos encontrar en el tratamiento de la “enfermedad” más crónica y difundida: el envejecimiento. Pero en la práctica beneficia en cualquier momento de la vida en que se presenta una disfunción orgánica, o sea que hay partes del organismo “desvitalizadas”. El esfuerzo provocado por las características actuales de vida, sobre todo a nivel empresarial y profesional, ha motivado que concurran a revitalizarse cada vez en mayor porcentaje, pacientes que no superan los 40-50 años de edad. Los médicos impulsores de esta técnica, manifiestan que es sumamente útil en “prevenir, retardar y disminuir” los procesos que acompañan a algunas enfermedades fortaleciendo los tejidos, favoreciendo la producción de nuevas células, más sanas, y promoviendo la purificación del organismo al estimular los órganos encargados de la desintoxicación y confían en que es muy eficaz a cualquier edad en los casos de reumatismos, insuficiencias sexuales, insuficiencia hepática o renal, estados de agotamiento psíquico-físico (stress, pérdida de la memoria, etc.), y hasta para el “Apoyo Biológico al Tratamiento Convencional del cáncer”, por su acción beneficiosa para el sistema inmunitario.
Uno de los efectos más notorios y apreciados, es el referido al aumento de la respuesta del Sistema Inmunitario, comprobable por el incremento del número de las células defensivas, denominadas “Linfocitos T” (tanto OKT4 como OKT8). ¿Por que se dice que esta técnica funciona? Porque las células aplicadas provienen de un mamífero (en la Argentina se utilizan vacunos) con un nivel de energía vital mayor al los del paciente receptor (se utilizan fetos a término o animales muy jóvenes). Ese material ya fraccionadísimo por la fagocitosis de los glóbulos blancos es transportado por toda la circulación y prontamente “reconocido” y “tomado como propio” por las células homónimas del receptor. Esta terapéutica, actúa sobre el aspecto químico y funcional de las enfermedades, produciendo una modificación de las moléculas alteradas en los tejidos enfermos.
Las células implantadas contienen estructuras proteicas, las que al ser ingeridas (fagocitosis) por los linfocitos primero, y por los macrófagos en una segunda etapa, sufren transformaciones químicas que les conservan intactas sus estructuras moleculares. El organismo del paciente, recibe así una carga de macromoléculas con alto potencial revitalizador, ya que entre otras moléculas biológicamente activas, recibe ADN, ARN, albúminas, nucleótidos, aminoácidos, etc., que trabajan como verdaderas “matrices” de nucleótidos nuevos, que actúan fijando los aminoácidos de cada proteína del donante a estructuras homólogas en los tejidos del receptor.
Como hacerse uno de estos tratamientos
Los implantes se realizan por vía intramuscular, en distintos planos, con una frecuencia que puede variar entre 30 días y 90 días entre cada aplicación. Cada serie comprende un mínimo de 3 (tres) implantes, y es común realizar tres series por año. Cuando se busca esencialmente una prevención del envejecimiento del organismo, es habitual efectuar 1 (un) implante mensual durante seis meses consecutivos, y repetir una vez por año este método, varios años seguidos según la edad y el estado general del paciente.
En la Argentina existe la segunda planta en el mundo que ofrece productos “para uso en humanos” (en Veterinaria la Celuloterapia tiene ganado renombre), con control de autoridad sanitaria. Por eso en nuestro medio, los tratamientos sueles costar de 6 a 8 veces menos que en Europa. No son de venta al público, y se venden solo a los profesionales de la salud (médicos o veterinarios).
Resumiendo, podemos decir que posiblemente, cumpla con el ideal de la Geriatría: “No dar más años a la vida, pero sí más vida a los años”.