por Omar Dalponte
nuevospropositos@hotmail.comEl kirchnerismo está en condiciones de mantener la iniciativa política y por lo tanto debe avanzar fijando la agenda en la escena nacional. Con seguridad deberá afrontar decenas de inconvenientes hasta llegar a 2015. Algunos derivados de la propia gestión. Otros provocados por la oposición (en cualquiera de sus variantes) que pueden ir desde la diatriba hasta acciones desestabilizadoras como las tantas que hemos visto en todos estos años.
Sabiendo que el tiempo que falta hasta las próximas elecciones no será de amorosa convivencia democrática, para el gobierno nacional se impone la necesidad de no ceder posiciones frente a los ataques que seguramente irán creciendo en la medida que se acerque la fecha del acto electoral.
Hay una clara intención de desprestigiar a conocidos dirigentes del oficialismo tal como ha sido evidente en los casos de Boudou, Capitanich, Randazzo, Anibal Fernández y tantos otros. Ni que hablar de Daniel Scioli, Mariotto, Insaurralde o Larroque por citar nada más que algunos. Las avanzadas "periodísticas" absolutamente repudiables contra la presidenta, y la irrespetuosidad con que se la ha tratado en ciertas tapas de revistas, son acciones que deben ser contrarrestadas con la misma o mayor fuerza que utilizan los enemigos pues, si se permite que crezcan los insultos y se multipliquen los hechos de violencia verbal y física hacia las personas, correremos el riesgo serio de que se ponga en peligro el normal funcionamiento de las instituciones y de la democracia misma. En muchos momentos de anteriores gobiernos peronistas hemos visto y padecido situaciones que hoy se repiten como fotocopias y que alguna vez fueron el prólogo de grandes desastres nacionales. Respecto a cada una de aquellas situaciones hemos escrito decenas de páginas y por haber sido testigos
presenciales sabemos muy bien que es conveniente impedir que se inicie un incendio para no tener que apagarlo luego con costos inmensos.
La militancia kirchnerista en todos sus niveles debe estar atenta frente a la escalada desestabilizadora pensada y ordenada por sectores concentrados de la economía, de las finanzas y de las comunicaciones que estarían dispuestos a realizarla utilizando a sectores de la derecha en curiosa alianza con alguna "izquierda" todo terreno. El paro del 10 de abril cuyos mascarones de proa fueron el camionero Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo bien pudo ser una prueba piloto llevada a cabo por quienes desean y procuran una salida anticipada de nuestro gobierno.
Es ante este posible cuadro de situación que el peronismo kirchnerista con todo su potencial debe plantarse con firmeza, consolidar lo conseguido con no poco sacrificio y profundizar el proceso de transformación en curso. Es momento de comenzar a trazar rumbos planteando medidas de fondo que apunten a terminar de una vez por todas con las injusticias del capitalismo y con la soberbia de las clases dominantes que se oponen al progreso, la paz y la elevación del pueblo argentino.
Es necesario proponer una reforma constitucional para encarar el tema de la propiedad privada de los medios de producción y de cambio, la cuestión del latifundio, la reforma agraria, las riquezas del subsuelo y la diversidad de asuntos que corresponde considerar para alcanzar un país definitivamente soberano y justo. Alguna vez tuvimos una Constitución peronista nacida en 1949 que garantizó derechos y afirmó conquistas que hicieron posibles muchos años de felicidad. Hoy la realidad nacional y suramericana requieren contar con las herramientas necesarias para cambiar positivamente las estructuras de un sistema corrompido dentro del cual es imposible la realización plena de los seres humanos.
En esta línea de pensamiento es que en notas anteriores hemos planteado la necesidad de no permitir que se nos corran "por izquierda" aquellos que intentan sepultarnos otra vez en el atraso y propusimos -ante amenazas de algunos caciques sindicales y políticos al servicio de las patronales- elaborar un programa de acciones concretas en apoyo del proyecto nacional y popular en marcha recurriendo, si fuese necesario, a una huelga y movilización general de los trabajadores y del kirchnerismo y sus aliados en respaldo de la presidenta de la Nación y en defensa de la democracia.
Afortunadamente no han sido pocas las respuestas que coinciden con nuestra propuesta y eso nos alienta para continuar trabajando en esa dirección, insistiendo por todos los medios posibles en colocar y afirmar el debate correspondiente en medio de la escena nacional. En esto estamos. En esto seguiremos
Claro que algunas gallinetas cacarean temerosas de que las desplumen. Pero esto no preocupa. Más bien estimula.
(*) Titular de Iniciativa Socialista