por Omar Dalponte
nuevospropositos@hotmail.comConfesamos que, a pesar de todo, nos cuesta mucho opinar negativamente respecto a la figura de Hugo Moyano. Pero los hechos son los hechos y la realidad hoy muestra a este dirigente sindical en una vereda que no es la que transitamos quienes apoyamos fuertemente al gobierno nacional cuya presidencia ejerce Cristina Fernández. Uno entiende que en en el mundo de la política muchas personas van de un lado para otro y raro es hallar coherencia en las actitudes y en las ideas. Aquí mismo, en Lanús, alguna vez, en tiempos del Dr. Illia como presidente de la Nación por la entonces Unión Cívica Radical del Pueblo, allá por la década de los años sesenta, hubo un intendente elegido por el voto popular representando a una fracción del radicalismo intransigente que después, bajo una de las peores dictaduras de nuestra historia sirvió como comisionado designado por los militares que encarcelaron, torturaron, asesinaron a miles de argentinos y saquearon a nuestro país. Ese personaje, más adelante, se convirtió en Diputado Nacional militando en las filas del Partido Intransigente liderado en aquella época por el Dr. Oscar Alende, luego pasó a ser un hombre de la democracia y hoy, siendo anciano, es parte de una prestigiosa organización que actúa en defensa de los derechos humanos. Moyano, que en su juventud militó en la llamada Juventud Sindical y en fracciones de la derecha peronista, cuando accedió a la conducción del gremio de camioneros y luego como fundador del MTA enfrentó decididamente a las políticas neoliberales de Menem primero y de De la Rúa después. Más adelante, tras un breve paso electoralista en alianza con Adolfo Rodriguez Saá se sumó al kirchnerismo y desde allí respaldó el proyecto nacional y popular iniciado en 2003. Actualmente, habiendo roto amarras
con el kirchnerismo se sienta en la misma mesa con la Sociedad Rural, histórica enemiga de los trabajadores que arrastra como furgón de cola a alcahuetes no menores como Eduardo Buzzi, quien llevó a la Federación Agraria a oficiar de prostituta en los festines de las patronales agrarias. Hugo Moyano sigue siendo un poderoso dirigente sindical que ahora tiene fecha de vencimiento porque ha perdido definitivamente el respeto de las mayorías populares. Su poder - todavía importante por cierto- se extiende no mucho más de los límites de su gremio y se equivoca quien cree que el dirigente camionero puede tener influencia o ejercer liderazgo de importancia fuera del marco de sus sector. Además si continúa con sus apariciones televisivas el rumbo hacia su autodestrucción está asegurado. Verdaderamente una pena. Para colmo la compañía de un hombre absolutamente despreciable y menor como el gastronómico Luis Barrionuevo no le aportará a Hugo Moyano otra cosa que mayor desprestigio. Ambos, con el paro de actividades realizado recientemente intentaron posicionarse como interlocutores de la oposición antikirchnerista pero ya, algunos importantes segmentos contrarios al gobierno como el "massismo", el radicalismo y el macrismo, advierten en este dúo un peligroso salvavidas de plomo y con mayor o menor delicadeza en sus dichos procuran seriamente encontrar la manera de despegarse de quienes tienen una imagen negativa que ronda el 85 por ciento.
Por su parte, la "izquierda" que acompañó el paro del 10 de abril no oculta el desprecio por sus socios circunstanciales y más le vale diferenciarse de ellos si es que pretende ganar alguna voluntad en el seno de la sociedad.
Pero dicho esto es necesario efectuar un par de consideraciones para ubicar el debate en su punto justo y no desviarlo hacia el territorio de la confusión. El paro del 10 de abril fue una realidad y si bien es cierto que la paralización del transporte fue determinante para su efectividad en la ciudad de buenos aires y el conurbano, fue una demostración de fuerza no insignificante. Desde el peronismo bajo ningún concepto hay que ignorar, y menos bajarle el precio, a cualquier manifestación de un sector de los trabajadores provenga de donde proviniere y más allá del desprestigio de ciertos dirigentes. Si se logró la adhesión de gremios del transporte es porque hubo recursos y habilidades para conseguirlos.
Convengamos que el discurso surgido de nuestras filas antes y después del paro fue y es bastante flojo y en lugar de emitir grititos histéricos es bueno formular una propuesta concreta para contrarrestar los embates de los enemigos del kirchnerismo y sus secuaces. Es imprescindible impedir que "nos corran por izquierda" y para ello contamos con fuerza y capacidad de movilización más que suficiente. Ahora pretenden asustarnos con un nuevo paro que, dicen, sería de 36 horas. Ante esta "amenaza" es absolutamente necesario responder con una apuesta mayor. Frente a a una avanzada de tal naturaleza el kirchnerismo, lejos de esperar pasivamente un nuevo cachetazo debe pararse en la cresta de la ola y proponer un paro general y movilización hacia la Plaza de Mayo y puntos importantes de todo el país a la misma hora del mismo día en que convoquen las parcelas opositoras. Pero la huelga y movilización convocada desde el kirchnerismo debe ser fundamentada por un programa en cuya introducción conste de manera terminante el respaldo a la presidenta Cristina Fernández y al proyecto que ella conduce. La propuesta programática popular para frenar la avanzada opositora tiene que plantarse con firmeza en la escena nacional proponiendo entre otras cosas la nacionalización del comercio exterior, de la banca y la reforma agraria, impulsar la toma de fábricas, la ocupación de las estancias de los grandes patrones agropecuarios, la expropiación de las empresas como Edesur y Edenor y la lucha frontal contra los monopolios y fabricantes de inflación que tantos perjuicios causan al pueblo.
Esta no es una propuesta que responde a un estado de fiebre adolescente sino producto de un razonamiento serio basado en las grandes luchas de los trabajadores y los programas históricos del Movimiento Obrero como los de Huerta Grande, La Falda y del Primero de Mayo de la emblemática CGT de los Argentinos. Si hay decisión y coraje para llevarla adelante veremos que gallo canta más fuerte en las madrugadas que se aproximan.