por Marcelo Calvente
Lanús le ganó a All Boys por 1 a 0, un triunfo ajustado en
un partido fundamental para su futuro deportivo inmediato. Sin jugar bien,
obligado Guillermo a hacer un cambio desde el inicio del complemento, algo muy
raro en él, un cambio que dio muy buen resultado. Pasquini no se había
acomodado en todo el primer tiempo, y no la recibían limpia los pibes de
arriba. Con sus limitaciones, el casi descendido All Boys por momentos le sacó
la pelota al campeón de América, y Marchesín tuvo trabajo. Al dejar a Pasquini
en los vestuarios, Guillermo movió la estantería. Puso a Oscar Benítez por
derecha, mandó a Astina a la izquierda del ataque y paró a Valdez Chamorro unos
metros detrás de él, en la zona de sacrificio. Junior resultó imparable, y cada
uno de los pibes, llegando por la otra banda, también pudo marcar. Un Lanús
agotado, con ausencias relevantes, sin haber tenido tiempo de armar una sola
práctica de fútbol ni saber con que once afrontar cada partido que se le viene,
pero que a la hora de los bifes impuso condiciones y sacó la diferencia, y que luego dispuso de varias situaciones
claras para aumentar, aunque Marchesín siguiera teniendo trabajo hasta el
final.
Lanús y All Boys, viejos
conocidos de los torneos de ascenso, desde 2010 hasta hoy se volvieron a enfrentar
después de mucho tiempo, se habían visto las caras por última vez en 1985, por
el Torneo de Pirmera “B”, ahora en la división de privilegio y todo ha cambiado
demasiado. Un equipo del ascenso por naturaleza como All Boys, con una pequeña
experiencia anterior en primera, encarnó en los últimos años un intento
político personalista que arrancó bien, que lo llevó a primera, y que
lamentablemente terminó mal y con enormes deudas, perdiendo prácticamente la
categoría ante un Lanús sólido y establecido en lo institucional y en lo
deportivo, nuevo animador de la elite de los torneos continentales, que lo
superó por su propio peso, por la experiencia de sus jugadores y la esperanza
de sus pibes, que alentado por sus parciales y con el ánimo por las nubes, sigue su marcha firme
en los dos frentes
El gol vino con una jugada de
fútbol inglés: Araujo le entrega un lateral a Junior Benítez, quien se la
devuelve justa para llegar al fondo y enviar el centro de primera, a media
altura, para que Silva, que arrancó en el punto penal, conecte de cabeza en la
puerta del área chica y la clave contra el primer palo de Cambiasso. Por
momento aparecen las mismas paredes de siempre de Los Albañiles, pero
supersónicas, como esa doble que armaron Silva e Izquierdoz en el primer
tiempo, que el pelado no pudo aprovechar en el toque final. El equipo
alternativo no juega igual que el de la
Copa , sobre todo cuando faltan Goltz, Velázquez, el Pulpito y
Somoza. Por ahora, Firulete Silva, Pasquini, Barrientos, el propio Junior, tanto
como Ortiz, Blanco, Melano y Monteseirín todavía alternan buenos y malos
rendimientos.
Cuando ya en ventaja, Guillermo
sacó a Valdez Chamorro y puso a Somoza, equilibró el equipo. Cuando se cansó de
los firuletes de Firulete, lo sacó de la zona roja y lo mandó a Velázquez,
quien una vez más estuvo a la altura de su potencial: En su primera
intervención perdió mal una marca y lo salvó Marchesín, pero en los cinco
minutos restantes realizó tres quites fenomenales en el área de Agustín, que
fueron determinantes en el resultado del partido. Otra vez final con victoria y
clima de fiesta en La
Fortaleza
Lanús cayó de local por última
vez el 16 de febrero pasado ante Rafaela y de manera categórica, por la 2º
fecha del Torneo Final 2014. De allí hasta hoy, ganó los seis partidos que
disputó en esa condición por dicha competencia: Vélez, Racing, Quilmes,
Central, Colón y ahora All Boys fueron vencidos en La Fortaleza , lo mismo que
el Caracas, el América de Cali, Cerro Porteño y el Tigres de México. El último
empate de Lanús en Arias y Guidi fue ante el O´higgins, tres días antes, el 13
de febrero. A partir de allí 10 victorias al hilo de local. Y dentro de tres
días -la caravana infernal no se detiene, es sabido- recibe a Tigre otra vez en casa, con la
posibilidad de ganar, y de ahí en más depender de si mismo en la lucha para ser
campeón. Vencer a Tigre en el postergado de la 15ª fecha significaría pasar a pelear
el título con cinco equipos que desde el inicio del semestre juegan una sola
competencia: Gimnasia, 30 puntos y rival subsiguiente en el Bosque, por la 17ª
fecha; River y Godoy Cruz, ambos 28 puntos; Colón (27) y Estudiantes (26). Es
que Newell’s, Vélez y San Lorenzo, compañeros de aventura internacional, en
algún momento lideraron el Final, y sin embargo no pudieron sostenerse,
terminaron aliviados por bajarse de esa pelea, y ahora apuestan fuerte por sus
posibilidades en una difícil Copa Libertadores que no los tiene como grandes
candidatos.
Varias son las señales de la solidez del momento de Lanús: con un
plantel corto, con muchos pibes, padeciendo bajas importantes e incluso dándose
el lujo de vender a Pereyra Díaz en plena doble competencia, es el único de los
internacionales argentinos que a tres
fechas del cierre puede ser también campeón del torneo local, como lo fue en
diciembre pasado, el punto máximo de rendimiento del elenco de Guillermo,
durante la definición cruzada con Newell’s, Vélez y San Lorenzo que se le
escapó por nada. Como si todo esto fuera poco, en las últimas semanas Lanús
pasó a encabezar la tabla de los descensos -que en realidad es la tabla que
contempla los últimos tres años de competencia- por primera vez desde su
regreso definitivo a la categoría, hace 22 años, en un ya lejano 9 de agosto de
1992, empate con Racing