Relata Juanma Diaz que “el sábado pasado a eso de las 22:30 mi mamá -Silvia- estaba en casa de una amiga en 9 de Julio entre San Lorenzo y Pedernera, cuando se puso a ladrar la perra insistentemente. La casa cuenta con cámaras y al observar ven un grupo de jóvenes -entre hombre y mujeres calculan que eran unas 40 personas- rompiendo todo en la cuadra. Ven por la cámara que quieren abrir la puerta y se corta la transmicion. La dueña de casa le pide tranquilidad a Silvia porque le explica que la puerta es blindada. Llaman al hombre de la casa que estaba llegando al lugar contándole lo que estaba sucediendo y el dueño de casa se dirige directamente a la comisaría 8ª de Villa Obrera. ¡Y allí el vecino se quiso morir cuando le dijeron que no podian hacer nada porque no tenian móvil! Gracias a dios los delincuentes no pudieron abrir la puerta de calle. Y encontraron la cámara, rota, tirada en el piso a pocos metros de la puerta”.
No se sabe si el malón logró su cometido en alguna otra casa de la vecindad.