Marcelo Almirón fue el último sábado a la tarde al cementerio de Lanús, a ponerle flores a la sepultura de un familiar, y salió indignado. “Pude observar que el estado de conservación del cementerio es vergonzoso, abunda basura por todos lados, los baños están rotos y hay gran cantidad de mugre. Luego de haber pasado entre los pastizales que casi superan el metro de altura, pude llegar hasta el lugar donde descansan los restos de mi familia. ¿Puede estar en estas condiciones un lugar donde descansan nuestros seres más apreciados?”, demanda Marcelo.